La agresividad y la violencia son dos términos que suelen ser asociados pero no son sinónimos. Si bien ambos son parte de los seres humanos, esto no significa que todos los individuos mostrarán respuestas similares ante las mismas situaciones. Solamente una parte de la población mundial vive sometida a vivir experiencias violentas, y algunos otros son propensos a mostrar un comportamiento agresivo.
Para explicar cuáles son las diferencias y también las similitudes de ambos términos se debe hacer un análisis exhaustivo tanto de sus posibles orígenes, como también de sus influencias o consecuencias. A continuación profundizaremos en este tema para comprender que es tanto la agresividad como la violencia.
¿Similitudes y diferencias entre la agresividad y la violencia?
La agresividad es un instinto que es innato, tanto en los seres humanos como en otras especies animales. En cambio, la violencia es un elemento social y cultural, propio de la civilización humana. En otras especies de seres vivos no se describen actos violentos, pero sí ciertas reacciones individuales de índole agresiva.
Las razones que explican el origen de la agresividad lo encontramos en ciertas estructuras biológicas. Algunas partes del cerebro humano, específicamente algunos conjuntos neuronales, responden a estímulos que son los responsables de generar las respuestas agresivas.
Entonces la agresividad es un comportamiento que surge a partir del instinto natural cuya utilidad es la autodefensa. Es una de las características de adaptación y supervivencia ante el peligro que se desarrolla desde la infancia. Se trata de una cualidad que tiene un origen biológico, es decir, depende de reacciones neuroquímicas para su regulación. Otro factor importante para la comprensión de la agresividad es que esta se ha convertido en otro aspecto sociocultural debido a su relación con la violencia.
La violencia no se trata de un comportamiento natural y tampoco es el resultado de un proceso cognitivo como lo es el instinto. Se trata de un producto sociocultural que depende de ciertos roles sociales tales como las ideologías y los valores. Entonces, la violencia se convierte en una conducta que se aprende, para ejercer ciertos actos dañinos que son premeditados e intencionales.
Aquí es donde se observa una marcada diferencia entre la agresividad y la violencia. La violencia siempre tendrá un origen planificado, pensado con antelación, quien ejerce estos actos se ha preparado para actuar violentamente. En cambio, la agresividad surge de un impulso inconsciente, incluso se puede afirmar que no se tiene control sobre sí mismo.
La agresividad suele presentarse cuando un individuo debe someterse a situaciones en donde hay una amenaza. Entonces de manera espontánea, se comienza a manifestar una conducta defensiva, que no reconoce límites ante la necesidad de protección.
La violencia se aprende porque las experiencias y normas socioculturales regulan este comportamiento. Es otra característica más de cada sociedad, la cual acostumbra a mostrar la violencia en sus medios de comunicación. La violencia tiene por objetivo mantener el control y el poder sobre otros individuos, en cambio la agresividad se centra en auto protegerse.
Una persona agresiva no necesariamente es violenta. En cambio, la violencia tiene un componente social que es aprendido, lo cual no sucede con la agresividad que depende de una propensión genética. En ambos se manifiestan sentimientos de ira y de frustración pero de distinta manera e intensidad.
El punto en el cual ambos términos encuentran similitudes o relación es en cómo se influyen mutuamente. La violencia se considera que es la ejecución o la transformación de la agresividad de manera colectiva, una persona decide atacar o dañar a otro ser humano por una razón en común. Esta es una forma de actuar que no se asocia con otra especie animal, la violencia solamente se asocia con el humano.
¿Qué hacer en caso de sufrir violencia o de agresividad?
Entre las muchas consecuencias negativas que deja estos comportamientos, se observa en la disfunción en las relaciones sociales. Hay varias maneras de ejercer la violencia como lo es el abuso sexual, el acoso laboral, el terrorismo, los asesinatos, el maltrato familiar, abuso escolar, las guerras y otras manifestaciones similares.
La violencia se define como un conjunto de actos agresivos cuya finalidad es lograr dañar o controlar a las víctimas. Quienes sufren sus consecuencias experimentan depresión y estrés, entre otros padecimientos tanto psicológicos como físicos.
Debido a que la violencia es producto del eventual desarrollo de actitudes violentas en una sociedad, se podría afirmar que es posible evitar que esto suceda si se implementan ciertas medidas oportunas. Los seres humanos son capaces de cometer actos violentos que con el paso del tiempo han comenzado a ser criticados y reprochados, este es el caso de la violencia de género.
Entonces, si las personas estuviesen dispuestas a fomentar de forma masiva medidas para evitar el uso de la violencia como un método de control; se observarían cambios positivos. Al aprender, practicar y también desarrollar comportamientos sociales más positivos sin causar daño a otras personas, se estaría viviendo en una sociedad libre de violencia.
En cuanto a la agresividad, éstas suelen ser consecuencia de momentos en donde las personas sufren de estrés o de frustración. Cuando no se tienen suficientes herramientas psicológicas que permiten hacer frente a estas situaciones, estos individuos son más vulnerables a mostrar comportamientos de este tipo. Las autolesiones, pataletas, golpes, insultos y otras acciones similares; todos pueden ser interpretados como síntomas de la agresividad.
Cuando comienza a ser un círculo vicioso y se acepta no poseer control sobre estas emociones e impulsos, se recomienda acudir a un especialista médico capacitado para tratar estas condiciones. Se considera que es una patología delicada que puede presentarse en personas de cualquier edad, se puede aplicar tratamientos basados en medicamentos o en terapias de acuerdo a cada caso.
Tanto en la violencia como la agresividad puede ser el resultado de carencias afectivas o de limitaciones sociales. Cuando se reprimen ciertas emociones de manera incontrolable se manifiestan reacciones de este tipo. Cuando se lleva una vida más saludable en donde se le brinda importancia a la salud mental y el bienestar social habrá menos posibilidades de sufrir de agresividad o de violencia.
Es importante que los niños comiencen a educarse en estos temas y también a aprender a expresar sus emociones. Cuando estos temas son adecuadamente tratados en el hogar y en la escuela, también en los medios de comunicación, dejará de ser un tema tabú y comenzarán a surgir propuestas cuyo objetivo sea contraatacar sus manifestaciones.
Ambos se considera que son un problema social y también de salud pública, por su gran impacto en diversas áreas como la educativa, cultural, económica y religioso además de otros. Debido a sus amplias manifestaciones, lograr contener la expresión de la violencia han resulta ser complejo.
La violencia es común en situaciones en donde las personas son sometidas a la voluntad o exigencia de obediencia de otros. El abuso de poder y autoridad da como resultado que se quebrante los derechos fundamentales de las personas, no solo ocasionan daños físicos; sino también incapacidad de pensar y tomar decisiones libremente.