Para definir qué son los valores religiosos, primero es necesario comprender que los valores son las normas que rigen en algunas culturas; y estas pueden relacionarse con la espiritualidad.
La palabra espíritu tiene su origen en el término latino «spiritus», se utilizaba para hacer referencia a la disposición de las personas a desarrollar e investigar características inherentes al alma.
En cada cultura o civilización humana, se han desarrollado distintos tipos de teorías y prácticas espirituales. Algunas de ellas presentan elementos en común, la mayoría de ellas tiene por finalidad tratar de ofrecer tranquilidad a las personas.
El concepto de espiritualidad suele ser similar en la mayoría de las religiones. El plano inmaterial, representado por el alma, también se relaciona con lo sobrenatural, las energías divinas y con aquello que se considera desconocido. De esta manera, se establece una serie de normas que ayudan a su comprensión y a crear una conexión directa.
¿Qué son los valores religiosos?
Los valores relacionados con la espiritualidad tratan de brindar las herramientas necesarias para perfeccionar las capacidades de los seres humanos.
Es una experiencia que trasciende el plano físico e intelectual, se acerca más a la parte emocional. Desarrollar estas capacidades espirituales, permiten que las personas puedan encontrar un propósito para su vida, por lo tanto se relacionan directamente con el crecimiento personal.
Los valores espirituales son un conjunto de normas, o de herramientas, que promueven el bienestar y el equilibrio en los aspectos más importantes de la vida. Estos valores se conectan con una dimensión que se considera sagrada para los feligreses. Quienes se rigen por estas normas, entienden que al cumplirlas podrán tener una conexión más directa y verdadera con entidades divinas o con Dios.
Los valores religiosos, al igual que otras tipologías de valores, pueden enseñarse con el ejemplo. La transmisión de estas normas por medio de consejos y acciones, demostrar cómo funcionan es parte de las enseñanzas que se aprenden desde la infancia.
Características de los valores religiosos
Estos valores poseen similitudes con otras categorías, igualmente establecen que es correcto o incorrecto. Se diferencian en que dependiendo de la religión que se practique, estos valores se adecúan a las creencias y prácticas que dicha religión propone.
Los valores religiosos engloban en su concepción diversos aspectos relacionados con la condición humana. La aplicación de estos valores representa que algunas acciones y decisiones estarán limitadas por las mismas. La mayoría de estas normas indican que ciertas conductas deben de corresponderse con ciertos principios.
- Respetar estos valores y hacerlos relevantes depende de cada persona, y de la sociedad a la que pertenece.
- La educación religiosa y sus criterios pueden priorizar la puesta en práctica de algunos de estos valores y practicarlos con obediencia.
- Trata de venerar, o de realizar rituales, a deidades consideradas sagradas.
- Son considerados como cualidades positivas. De esta manera, las personas que las practican, ganan la estimación y confianza de quienes aprecian que sigan estas normas.
- Procuran modificar conductas y sentimientos negativos de las personas. Se concilian con su parte espiritual y con conceptos positivos como la bondad y el respeto.
A diferencia de otros tipos de valores, estos no son impuestos por una sociedad. Estos se ajustan a creencias preestablecidas en una religión, de esta manera se siguen las indicaciones dictadas en libros sagrados o en información transmitida en cada generación. No dependen de una interpretación personal.
Tipos de valores religiosos
Principalmente se considera que los valores espirituales se clasifican en cinco tipologías. Cada una expresa una serie de características que permiten contribuir al crecimiento espiritual y personal.
Estas son:
La armonía, establece que las contradicciones entre los pensamientos y las acciones impiden un desarrollo adecuado de la conciencia. Las personas en armonía pueden experimentar una vida más sencilla y emociones positivas como la alegría.
Honestidad. La verdad implica que la persona debe ser honesta, no solo de palabra sino también en sus acciones. Ser coherente en ambos aspectos refleja que la persona es transparente en sus intenciones. Las personas deben de mantener posturas y actitudes que no influyan negativamente en los demás.
La caridad es la demostración de preocupación por el bienestar y las necesidades de otros. Quienes proceden de esta forma han logrado rebasar los límites del ego, están conscientes que las otras personas también requieren de atención. Desde el punto de vista espiritual, la caridad también se relaciona con la empatía.
La fe. Se considera una facultad que no todas las personas poseen, es la demostración de que nuestras ideas y deseos no dominan el alma. Es decir, la fe supone que hay una firme voluntad y certeza en que ocurran determinadas situaciones. Se centra en la posibilidad de que puedan hacerse realidad, sin que nuestras acciones dependen de ello.
La fe está directamente relacionada con la esperanza. Ambos son elementos propios de las religiones cristianas y católicas, es un valor espiritual que se considera fundamental.
Cree en la posibilidad de que un poder divino sea capaz de realizar acciones que trascienden las leyes terrenales. La esperanza y la fe son valores que demuestran la convicción, creer posible lo considerado como imposible.
Si una persona ha decidido adoptar los principios de una religión determinada, los valores que están relacionados a dicha fe podrían ser interpretados de distintas maneras.
Los valores religiosos suelen depender de la ética y de la moral, por ello coinciden en ciertos aspectos. Tanto en los valores religiosos como también los éticos y morales, la solidaridad y el respeto son importantes.
El amor es un valor religioso que transmite un interés desinteresado. Las personas pueden crear vínculos emocionales más fuertes, la demostración de cariño hacia los demás también es una expresión de confianza y de respeto.
El amor hacia el prójimo es la disposición de prestar afecto a quien más lo necesita, es una demostración de buena voluntad. Igualmente la misericordia es una cualidad que es el resultado de la comprensión, entendimiento y de la capacidad de perdonar, a quienes pueden ejercer algún tipo de daño.