Es normal que las personas se pregunten a sí mismas en sí se conocen realmente o si son capaces de controlar aquello que sucede en la mente. De igual forma en ocasiones se reflexiona en relación con lo que exactamente nos referimos con el inconsciente y consciente. La mente humana sigue siendo un tema de discusión y de análisis dentro del campo científico, pero especialmente para la psicología.
Los sentimientos y las emociones son sólo algunos de los elementos que constituyen la psique. Como hacer uso de ellas o tratar de controlarlos son otros de los cuestionamientos que se hacen las personas, tener una buena salud psicológica es un aspecto relevante para tener una buena calidad de vida. Por ello se debe analizar y estudiar cuáles son aquellos comportamientos y pensamientos que podrían ser afectados.
Las personas pueden utilizar mecanismos de defensa que son puestos en práctica sin darnos cuenta. Uno de ellos es la represión la cual tratará de evitar que se experimenten sensaciones y emociones negativas. Ideado en un principio para a lastimarnos menos, sin embargo usualmente tiene consecuencias más negativas.
Cuando las emociones son reprimidas se genera en la mente procesos en donde se modificará el pensamiento y la forma de comportarnos. Estas representaciones condicionan a la persona de manera que al tratar de ocultarlas se desencadenan otros procesos como la pérdida ha de la memoria e incluso la somatización de estas emociones.
¿Qué es la represión?
La represión es generalmente definida como uno de los conceptos más importantes utilizados en el psicoanálisis. Ello se debe a que permite englobar a un gran grupo de elementos mentales que se relacionan con el inconsciente, estos mismos en su conjunto pueden constituir algún tipo de trastorno o condición que debe ser atendido. Normalmente las personas no se dan cuenta de su presencia, por ello les resulta difícil notar como los limita o afecta en su cotidianidad.
La represión puede asociarse a emociones, sentimientos, experiencias, ideas o percepciones que ocupan una parte de la mente pero se encuentran censurados. Forman un capítulo en la historia del paciente que posee un gran importancia porque sigue teniendo vigencia y por lo tanto influyen en su presente. Por distintas razones estos elementos no son fáciles de identificar, exteriorizar o de aceptar, por ello es muy importante prestar mayor atención y recibir ayuda psicológica.
En psicología se considera a la represión como un mecanismo de defensa básico. La persona de manera inconsciente se opone a todos los contenidos o sensaciones que le incomodan. Se estaría describiendo a un complejo sistema psíquico que funciona mediante la sustracción de contenidos que se rechazan por ser penosos o dolorosos. Estos mismos son los causantes de la ansiedad, estrés o malestar mental.
¿Cuáles son sus características?
La represión se caracteriza por almacenar contenidos que tienen una naturaleza negativa o desagradable, se les suele llamar con el nombre de representaciones. Estos elementos pueden ser imágenes, sonidos, ideas, deseos o sensaciones que no pueden ser aceptados, quizás algunos ellos pueden generar una pequeña sensación de placer en el inconsciente. En la mayoría de los casos de logra solamente identificar representaciones que generan malestar en el paciente, estos mismos son censurados porque son contrarios a los valores o a la moralidad por ejemplo.
Entonces la represión es básicamente la exclusión de un conjunto de representaciones, estos mismos tienen efectos vividos en los pacientes que experimentaran dolor o desagrado. Además, se ha observado que estas personas no tienen noción de la presencia de estos recuerdos, sin embargo si notan sus efectos.
De acuerdo a lo descrito por Freud, la principal función es crear un mecanismo de evitación o de autoprotección. Para ello se experimentan tres facetas las cuales son: primaria, secundaria y finalmente el retorno de lo reprimido. Suceden exactamente siguiendo una misma secuencia, las personas suelen no darse cuenta de ellos.
En la etapa de la represión primaria se separa y se busca todas las representaciones que deben de ser ocultadas. Es decir, de manera inconsciente estos elementos son agrupados y censurados, suelen ser pensamientos y recuerdos principalmente.
En la etapa secundaria sucede lo que usualmente es definido como un desalojo. Se trata de la repulsión o rechazo total de estos contenidos que son incompatibles. Este es un proceso dinámico debido a que constantemente estos elementos tratan de emerger a la conciencia, pero en el consciente se realiza un complejo procedimiento donde se impide el acceso a esta información porque es un contenido inaceptable.
El retorno de lo reprimido es la manifestación de todas las representaciones que se encuentran reprimidas por medio de síntomas tales como problemas de memoria, ideas deformadas, sueños o pesadillas así como dificultades para pensar. Se trata del “retorno” de lo que había sido excluido, entonces suceden mecanismos tales como la conversión, el desplazamiento o la condensación.
En el inconsciente se encuentran las pulsiones o fuerzas primitivas que tienen por objetivo lograr generar satisfacción de forma inmediata. Las personas poseen un amplio grupo de estas pulsiones, a medida que se crece este mismo se van integrando al plano cultural y social donde se relacionan con las represiones. Ambos elementos están separados del sistema consciente, los contenidos primitivos que son asociados a determinadas pulsiones poseen sus propias representaciones.
¿Cuáles son sus causas y consecuencias?
Se manejan distintas hipótesis que tratan de dar respuesta al porqué se desarrollan las represiones. Una de estas probabilidades se experimenta durante la infancia con los primeros brotes de ansiedad, dependiendo de su intensidad y efecto pueden ser un factor cuantitativo al cual se debe prestar atención. El mismo individuo se puede dar cuenta de que satisfacer determinados deseos le genera ansiedad porque es a sus principios por ejemplo, en consecuencia se conduce a la represión del deseo.
También se debe hacer mención de la alexitimia que se caracteriza por la deficiencia en la interpretación e internalización de emociones, sensaciones y pensamientos. Estos pueden anularse o se dificulta su asociación con determinados estados mentales. Suele comenzar a partir de la infancia, los niños no comprenden conceptos o palabras por lo cual abordan sus emociones por medio del cuerpo y las sensaciones somáticas.
Se ha observado que el abuso infantil así como los traumas psicológicos tienen una relación directa. Durante la etapa adulta estas mismas personas pueden sufrir un entumecimiento psíquico. Es decir, pueden bloquear parte de su memoria o sus emociones, inclusive el trauma se fortalece debido a que los recuerdos generan sensaciones emocionales o físicas muy intensas. Pero también se debe tener en cuenta a la distorsiones, la memoria humana depende en gran parte de las percepciones, los esquemas espacio-temporales así como también de las propias capacidades.
Las consecuencias, repercusiones y secuelas que dejan las representaciones que están reprimidas dependen de cada caso. Usualmente estas consecuencias son negativas que tienen efecto directo en las relaciones interpersonales así como en dificultades para percibir la realidad y experimentar emociones y sensaciones. Otras consecuencias son los resentimientos, ansiedades, sentimientos de culpa, irritabilidad, melancolía, frustración, ira, estrés, adicciones y compulsiones.
Se corren múltiples riesgos en cuanto al aumento de las probabilidades de desarrollar condiciones tales como la depresión o trastorno por ansiedad. Algunas consecuencias son desconocidas como la posibilidad de que algunos problemas emocionales sean el punto de origen de problemas somáticos. El organismo manifestara dolor como un medio para exteriorizar el dolor emocional que no ha sido expresado.
Importancia para la psicología
En psicología el término represión es muy importante porque permite hacer referencia al fenómeno inconsciente en el que se rechazan u ocultan recuerdos, pensamientos o emociones que están directamente ligados a una pulsión. Una pulsión genera cierta satisfacción, pero sin embargo también puede provocar displacer, ello se debe a que entra en conflicto con otras exigencias, valores o realidades por ejemplo.
Puede considerarse a la represión como un sinónimo de inconsciente. Cuando una pulsión comienza a desencadenar el mecanismo de la represión por consecuencia el inconsciente siempre buscará a exteriorizar aquello que ha sido censurado. El contenido reprimido retornar en forma de sueños, síntomas físicos, pensamientos negativos o incluso con la distorsión de la realidad.
Desde el punto de vista de la psicología la represión es el principal mecanismo de defensa, con la erradicación de todos los contenidos mentales que incomodan al paciente. Básicamente se trata de un proceso en el que se renuncia a una satisfacción con tal de mantenerse apegado a determinados principios. Pero también se trata de protegerse a sí mismo de algún tipo de recuerdo traumático.