La comunicación es un proceso lineal, porque es el resultado de una serie de eventos consecutivos que se producen en un tiempo definido, en el cual entran en juego varios elementos fundamentales: el emisor (¿quién dice? y ¿con qué intenciones?), mensaje (¿qué es lo que dice?), el canal (¿a través de qué medios?), el receptor (¿a quién?) y el impacto (¿con qué efecto? y bajo ¿qué condiciones?)
La comunicación es el conjunto de manifestaciones y medios por medio de los cuales las personas despliegan su capacidad de interacción con los demás individuos y objetos que los rodean (mundo animal y vegetal, máquinas, etc.).
Es un fenómeno social que abarca todas las formas que sirven para relacionarse con el mundo exterior. La comunicación humana requiere un código común e ideas y creencias más o menos coincidentes.
Elementos del proceso comunicativo
La comunicación humana está compuesta por el emisor, el mensaje y el receptor, básicamente. A ello se suma, un referente, un canal y un código. El lenguaje, a su vez, tiene varias funciones que complementan el proceso comunicativo en sus diversas dimensiones, a saber: función expresiva, función conativa, función referencial, función poética, función fática y función metalingüística.
- Emisor: quien emite el mensaje. Al emisor le corresponde la función expresiva, que deja ver las emociones. Ejemplo: las expresiones (¡Uy!) que demuestran dolor por un pinchazo.
- Mensaje: es la información transmitida. En este nivel se produce la función poética, que es la cualidad del lenguaje para convertirse él mismo en protagonista. Es típica de la poesía, pero también de la publicidad y los eslóganes políticos.
- Receptor: quien recibe el mensaje. En el lenguaje, el receptor tiene la función coactiva, manifestada a través de formas verbales imperativas, como ¡Detente, cállate! o que exijan de otra manera un límite al emisor.
- Referente: toda comunicación se produce en un espacio común de referencias. El referente es justamente el objeto aludido y cuyos rasgos son conocidos tanto por el emisor como por el receptor. Se habla de la función referencial del lenguaje porque tiene la potestad de describir acontecimientos, cosas, situaciones. Esta función se aprecia, por ejemplo, en el análisis que hace un crítico de una obra de arte o el reportaje de un periodista.
- Canal: es el medio de transmisión del mensaje entre el emisor y el receptor. Cuando se habla con otra persona el canal es el aire. Caso contrario, quien envía una carta por correo electrónico, el canal es el medio digital (información inteligible a través de una base programática binaria).
La función fática del lenguaje recae a nivel del canal, ya que para que la comunicación sea efectiva se apela al uso de expresiones interrogativas o apelativas.
La idea es mantener el canal de comunicación abierto y así garantizar la llegada del mensaje. Un ejemplo es la expresión ¡Aló! en una llamada telefónica. Se procura superar cualquier obstáculo (ruido) que impida la comunicación.
- Código: es el lenguaje mismo. Por ejemplo, el español como idioma responde a una serie de reglas a nivel del significante/significado (su sintaxis), que debe ser conocida por el emisor y el receptor para hacer posible la comunicación.
Todo mensaje va codificado por el emisor y debe ser decodificado por el receptor para comprenderlo.
Es a nivel del código donde se genera la función metalingüística del lenguaje, debido a que éste puede también hablar de sí mismo, de la estructura y significado del código. Un lingüista, al analizar su campo de estudio, utiliza esta función.
- Ruido: el ruido es un elemento extraño y dañino para la comunicación, por ello ha de tenerse en cuenta.
Los ruidos afectan al elemento emisor, al mensaje y a la recepción del mismo. Regularmente, el ruido produce distorsiones, malentendidos, atomización de la información, incluso, puede impedir que el mensaje llegue al receptor. Los ruidos no son necesariamente de naturaleza auditiva o sónica.
Con las nociones de: emisor, mensaje, receptor, referente, canal, código y ruido se explican los elementos que forman parte de la comunicación.
Ejemplos del proceso comunicativo
Las personas todos los días se comunican oralmente o por escrito. Pero, la comunicación existe aún en ausencia de un mensaje propiamente dicho. El silencio también funciona como mensaje en un contexto determinado.
El psicólogo Paul Watzlawic indica que no es posible la no-comunicación. Cuando un sujeto está frente a una persona o grupo de ellas y se mantiene en silencio está comunicando el deseo de no comunicarse, lo que es en sí mismo un acto que puede ser decodificado como falta de interés, en el mejor de los casos.
Además, Watzlawic afirma que toda comunicación conlleva una dimensión de contenido y una de relación. La comunicación entre humanos depende sustancialmente del nivel emocional existente entre los interlocutores, sin lo cual el contenido no sería viable.
La constante comunicación, incluso tácita
Un ejemplo que demuestra la imposibilidad de no comunicar sería el siguiente: dos mujeres coinciden en una reunión por vez primera. La mujer A le pregunta a otra mujer B si el vestido que lleva es original de Carolina Herrera. La mujer B, aunque escuchó la pregunta, prefiere hacerse la distraída. Pues, ese acto también implica una respuesta.
En el ejemplo anterior también se define la importancia del nivel emocional en la comunicación. Las señoras A y B no se conocen.
Queda patente en la forma, tono y cadencia de la pregunta, más la expresión corporal de la señora A. Todo en ella delata la carencia de una relación afectiva entre ambas. Incluso la comunicación no verbal ya aporta la percepción que tiene el emisor acerca de la originalidad del vestido. En realidad, es una pregunta mal intencionada.
Lo simétrico y lo complementario en la comunicación
Los procesos de comunicación interpersonales pueden ser de igual a igual o entre sujetos tenidos por disímiles. Es lo que denominan simétrico o complementario. Si la relación entre el emisor y el receptor se produce, por ejemplo, entre dos estudiantes de la misma edad y curso, sería una comunicación simétrica.
Al contrario, si la comunicación es entre dos sujetos cuyo estatus se considera desigual, se puntualiza una comunicación complementaria.
En la práctica, es común que el lenguaje entre dos adolescentes que se comunican diariamente sea informal. Es común el tuteo como otras formas verbales y gestuales de camaradería adolescente.
Si la relación comunicativa es complementaria, aparece en primer lugar un trato distanciado entre las personas, que se manifiesta en el tipo de saludo formal y el trato de usted.
Otros ejemplos de comunicación
Ahora bien, son muchos los ejemplos de comunicación. En el estricto plano de las comunicaciones verbales existen dos, las orales y las escritas.
Cualquier tipo de emisión sonora expulsada por la boca, como los silbidos o las sonrisas, se considera comunicación oral, junto a las palabras. El llanto de un niño podría indicar que tiene hambre o el grito de una mujer podría comunicar que está amenazada de alguna manera.
- La comunicación escrita es el registro del lenguaje por medios que requieren ser leídos. Los informes, las cartas, los manuales, las facturas, las entrevistas, etc., son ejemplo de ella.
- La comunicación no verbal es la que corresponde al cuerpo, los gestos y la proxémica. Los gestos del cuerpo y cómo se maneja el espacio íntimo respecto al otro, delimita un campo muy diverso de formas de mediación humana, cuyo significado depende del contexto y de las culturas, aunque algunos gestos son internacionales. Aquí entran en juego las expresiones faciales, la forma de gesticulación, el tipo de mirada, la postura frente al otro y la actitud.
El tema de la comunicación es tan amplio como complejo. Por eso, en este post solo damos algo de explicación sucinta sobre esta temática.