Cada persona posee una personalidad propia así como también un tipo de mentalidad diferente. Esto significa que a lo largo de la vida de un individuo se van desarrollando características mentales particulares, en conjunto crean una compleja estructura mental integrada por emociones, sentimientos e incluso recuerdos. Pero además se debe tomar en cuenta las ideas, opiniones e incluso deseos.
Es así como cada persona muestra distintas facetas de sí misma que se corresponden no solo al contexto, sino también a sus motivaciones o metas que desea lograr. Para lograr estos objetivos es probables que algunas de ellas no muestren lo mejor de sí mismas, o que incluso deban influenciar negativamente en su entorno para lograr beneficios a su favor.
Las personas tóxicas suelen causar diversos tipos de conflictos en sus círculos familiares, de amistades o incluso dentro del área laboral y académica. Se caracterizan por no tener límites al momento de llevar a cabo cualquier acción que les permita cumplir con su objetivo. Esto es sin importar el daño que se pueda causar y sin pensar en todas las posibles consecuencias.
A continuación se profundiza en este tema abordándolo desde el punto de vista de la psicología. Se explica cuáles son sus características y síntomas, pero además se utilizan ejemplos que ayudan a tener una noción más clara de su influencia.
Concepto y características de las personas tóxicas
El término tóxico(a) en el argot popular se usa, cuando se trata de individuos, para referirse a una forma particular de ser. Sin duda, la palabra alude a las características dañinas (metáfora de las sustancias venenosas) de una persona, que se expresa en su carácter, personalidad, temperamento y modo de concebir su vida. Existen muchos otros adjetivos que conceptualizan a los individuos tóxicos. La toxicidad de las personas regularmente se expresa en:
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- Un temperamento negativo hacia sí mismo y los demás. Aunque lo esconden tras la soberbia.
- Una condición latente de irascibilidad cuando se ven acorralados.
- Se identifican por su amargura interior aunque se pueden mostrar simpáticos y sociables cuando así les conviene, con el propósito de atraer voluntades a sus intereses.
- Se mueven entre los extremos, los hay obsesivamente ordenados como también desordenados en sus estilos de vida (cuestión que los acerca a comportamientos patológicos).
- Gustan de descalificar a los demás porque siempre creen tener la razón. Este rasgo los identifica con comportamientos narcisistas. Ellos nunca aceptan que están equivocados.
- Son egoístas; la naturaleza de sus acciones tiende a velar solo por lo que consideran les pertenece.
- Son manipuladores o tienden a tergiversar la realidad a favor de sus intereses emocionales, económicos, laborales o sociales. Además, el común denominador es la facilidad que tienen para generar conflictos entre las personas donde en realidad no los hay. Es decir, son generadores de intrigas.
- Son los eternos incomprendidos. Pareciera que nunca llegaron a superar el periodo de la adolescencia. Son hábiles para hacerse las víctimas. Al verse expuestos apelan a la expresión “nadie me comprende”.
Ejemplos de personas tóxicas
A continuación se mencionan por categorías algunos ejemplos de persona tóxica. Pero además se describen cuáles son sus características más importantes. Son los siguientes:
Ejemplos de un familiar tóxico
- Puede llegar a ser recurrente que entre familias numerosas haya un hermano o hermana incomprendido, al menos para él o ella. Son los eternos adolescentes que terminan siendo apartados, aunque como buenos manipuladores siempre tienen sus fans.
- La envidia tiene también manifestaciones en el seno familiar. Los familiares no necesariamente tienen que ser lejanos para sentirse consternados por los logros profesionales y/o económicos de sus similares. Los familiares envidiosos siempre relativizarán sus logros, aunque sean evidentes.
Ejemplos de un amigo tóxico
- Los amigos verdaderos siempre serán personas muy importantes, pero la condición humana de las personas tóxicas se esconde tras apariencias que, cuando menos lo espera, terminan perjudicándole. Seguramente le ha ocurrido que una de sus amistades le dejó de hablar porque una tercera (que también consideraba amiga), a sus espaldas, inventó toda una patraña de mentiras. Es la típica respuesta y comportamiento de las personas tóxicas.
- Entre amigos suele pasar que las confidencias y secretos que alguna vez compartió, termina alguien (la persona tóxica) usándolos en su contra, con el fin de perjudicar una relación amorosa u otra amistad.
Ejemplos de una pareja tóxica
- La pareja virtuosa, por destacar una de sus características, es la que sabe que el amor verdadero parte del principio de reconocer la libertad del otro y de convivir sin usurpar los espacios de la independencia individual. Una pareja tóxica desconoce la existencia de esa individualidad; en realidad, la única libertad que reconoce es la suya para decidir por los dos.
- Con base al anterior ejemplo, vale insistir y ampliar este asunto. Las parejas varones pueden manifestar una dependencia emocional dominante. Es una manifestación tóxica y enfermiza propia de parejas hombres que puede llevar a un fin trágico.
- El comportamiento esencial con la pareja es de dominación, desprecio y expoliación. Aunque parezca con0tradictorio, al mismo tiempo que este tipo de persona siente dependencia emocional desprecia a su pareja. La ambigüedad es un rasgo típico de esta tipología tóxica. Son seres orgullosos, narcisistas y ególatras.
- Como mecanismo para evitar la ruptura matrimonial usan la posesión o la dominación. Estos individuos tóxicos obtienen su cuota afectiva subyugando a su pareja, coartando su vida e impidiéndoles una vida normal.
- Es típico que apelen al chantaje para que la pareja renuncie a sus amigos o que no visite a sus familiares. La pareja queda confinada así en una forma de burbuja, en un pequeño mundo integrado solo por dos personas y cargado de agresividad.
Importancia de identificar a una persona tóxica
En un mundo de apariencias y máscaras, donde casi todas las personas juegan al travestismo social, personal, en las redes y grupos sociales digitales y físicos, es muy difícil separar la realidad de lo que no lo es. Por ello, descifrar la verdadera personalidad de los individuos es una tarea ardua, que solo con el pasar de los años se puede aprehender y aún queda ese espacio para asegurar, pasados los años, “creí conocerlo o conocerla, pero estaba ciego(a).
La naturaleza humana es sin duda muy compleja. La sustancia de los vínculos interpersonales se fundamenta en apreciaciones subjetivas y perspectivas que, regularmente, son más proyecciones psíquicas de deseos propios que realidades. En otras palabras: se ve lo que se quiere ver. La toxicidad de una persona puede estar envuelta con muchas flores, para decirlo con un verbo florido.
Pero no cabe duda que, al saberse libre de las características antes descritas, no es un asunto de menor importancia, detectar a esos sujetos tóxicos que, si se les permite, pueden arruinar su existencia, en los distintos roles que asuma en su vida. Las personas tóxicas pueden afectar gravemente su paz interior, equilibrio vital, salud mental y física.
Vistas las características de las personas tóxicas, las cuales no todas son perceptibles al mismo tiempo y muchas se mantienen ocultas por otros rasgos que pudieran parecer seductores en un momento dado, es importante identificar al entorno humano en el que convive (el hogar, el trabajo, etc.), las diversas comunidades en las que se hace vida en común, con el fin de tomar las precauciones necesarias.
La mejor alternativa que tiene frente a los individuos tóxicos, aunque sean familiares, es alejarse de ellos cuanto antes. El ejercicio de separarse de las personas tóxicas a veces cuesta mucho esfuerzo y tiempo, porque son familiares, esposos, esposas, amigos de la infancia, personas que, aunque cueste aceptarlo, han sido y son importantes en las vidas de cada uno.
La dependencia emocional de esposos tóxicos o esposas tóxicas resulta traumatizante; por ello, aunque haya ratos de una supuesta convivencia en armonía, los episodios conflictivos (provocados por inseguridades, celos, deseos de manipulación y control) regresan.
Al preguntarse ¿qué clase de individuos soportarían un vínculo como el descrito? No es extraño que existan personas que se encuentren atrapadas en círculos viciosos de este tipo, porque regularmente son, al mismo tiempo, dependientes emocionales. Por ello, el problema empeora cuando una mujer con baja autoestima y con problemas emocionales se enreda por largos años en una relación afectiva con una pareja manipuladora y dominante (esencialmente tóxica).
La reflexión expuesta vale para cualquier tipo de género o vinculación afectiva, pero en las relaciones de pareja es más común de lo que se quisiera. Si la relación se acaba porque todo tiene un límite, la persona dominante, ante sus propias deficiencias, hará gala de su histrionismo y, en tono de arrepentimiento, pedirá perdón a su víctima.
Para el asombro de la persona y su entorno, la súplica del sujeto para regresar a la relación parecerá real. En una situación donde la mujer es dependiente emocional, es muy probable que acepte reanudar la relación, siguiendo en una sucesión de episodios tóxicos que le complican aún más el porvenir. Corresponde a las personas tóxicas buscar la ayuda de un psicoterapeuta. Por lo pronto, su vida es una sola para dejarla pasar en medio de situaciones como las anteriormente descritas.