Los paradigmas educativos son grandes modelos teóricos de la educación, partiendo del hecho de que la misma es una ciencia que redunda sobre la teoría y el ejercicio de la misma. En consecuencia, los paradigmas sirven para crear ciencia y garantizar su progreso.
El paradigma educativo constituye el enfoque respecto a la investigación científica en un área específica de la educación. Lo que lleva a establecer relaciones entre las corrientes del conocimiento y los paradigmas científicos.
¿En qué consisten estos paradigmas? ¿Cuáles son? ¿Cuál es su importancia? Acerca de todos estos temas esperamos dar a nuestros lectores suficiente información y modos de entender la existencia de los paradigmas en el ámbito de la educación. Sin más que agregar, invitamos a leer los párrafos a continuación.
Una manera de entender y prever el proceso educativo
Los paradigmas advierten una perspectiva histórica sobre cómo es el proceso de fortalecimiento de una ciencia determinada del área educativa y además constituyen la evidencia de la misma.
Los paradigmas educativos han sido de enorme utilidad en las reformas educativas de los últimos tiempos. Por ejemplo, el paradigma conductual ha tenido un enorme peso hasta la década del setenta del siglo XX. Luego, cayó en desuso al ser sometido a severas críticas. Se cuestionó el estatus científico del paradigma conductista y su idoneidad para dar respuestas a los nuevos retos curriculares.
La declinación del modelo conductual, utilizado en la educación, ya se ha generalizado entre los investigadores más progresistas; no obstante, el paradigma socio-cognitivo no tiene la fuerza necesaria en la praxis, aunque sí en la teoría.
En general, la enseñanza sigue dándole a los modelos conductuales un rol importante, con algunas incorporaciones de las nociones cognitivas y contextualistas.
Clasificación de los paradigmas educativos
Los paradigmas educativos son varios. No obstante, por cuestiones de comodidad se han limitado a cinco. Este quinteto de paradigmas, a su vez, se vinculan entre sí; permutándose y generando una serie de combinaciones importantes para entender el modo actual de los procesos educativos.
- Paradigma conductista. Es una opción para enseñar fundamentado en el sistema estímulo-respuesta. Defiende la idea de que la conducta depende de los estímulos del medio y su incorporación a través de la experiencia. Se focaliza en la conducta humana, con el fin de evitar los confinamientos que produce la exploración de la conciencia y la imposibilidad de apelar al método científico para justificar sus teorías.
- Paradigma Humanista. Se basa en el aprendizaje de valores éticos, altruistas y sociales, entendiendo al estudiante de manera integral. Estimula el respeto de la diversidad y pone su énfasis en la persona. Promueve la participación activa del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Paradigma cognitivo. Entiende al sujeto como una entidad activa, la cual es el resultado de las mediaciones con el medio físico y social. Su interés se focaliza en el análisis de cómo se estructura el pensamiento humano en la medida en que el sujeto va adaptándose e interactuando con el medio.
- Paradigma sociocultural. Para este paradigma no es posible una visión psicológica del individuo fuera de un contexto histórico y cultural. Entiende todo aprendizaje como la conjunción necesaria de sujeto, objeto de conocimiento y los estados socioculturales, subrayando el papel de estos últimos en el desarrollo del sujeto, quien además los modifica activamente lo tocante al aprendizaje.
- Paradigma constructivista. La corriente constructivista se divide, a su vez, en psicológica y en social. El constructivismo psicológico defiende la idea de que el aprendizaje es un proceso por capas; los nuevos conocimientos se van sumando a los anteriores, obteniéndose una síntesis. El aprendizaje no se limita a una cuestión de recepción y memorización, sino es una construcción activa sobre la base de la experiencia propia y el contraste con la información recibida.
El constructivismo social dicta que el origen del conocimiento reside fuera de la psique humana, en una sociedad que conforma una cultura y ésta a su vez, forma parte de un momento histórico. Es un constructivismo situado, ya que asegura que solo en un contexto social es posible alcanzar un aprendizaje con valor e importancia. Entiende que el lenguaje es la más valiosa herramienta cultural de aprendizaje.
Son estos cinco (conductismo, humanismo, cognitivo, socio-cultural y constructivista) los modelos en derredor a los cuales orbitan las ideas de la educación actual. Es importante entenderlos, ya han influenciado no solo la educación infantil y juvenil. Igualmente, tienen presencia en la enseñanza universitario y en la conformación de ciertas disciplinas.
Otras consideraciones sobre este tema
Esta sucinta reseña proporcionó una visión panorámica de los paradigmas educativos. Si bien es un resumen, creemos que se trata de la información suficiente y pertinente para entender estos paradigmas.
Sin entrar en la historia evolutiva de las diversas nociones y puntos de vista, se deja claro que estos constructos han resultado de gran utilidad en el sector de la investigación educativa, aportando nuevos parámetros para el fortalecimiento del sistema de enseñanza-aprendizaje.
Los cambios vertiginosos de las nuevas tecnologías y su aplicación en el aprendizaje, advierten no pocas transformaciones. Aprender a aprender es un lema que introduce nuevas formas de usar los sistemas computacionales y telemáticos, con miras a potenciar sectores del cerebro humano que antes no se tomaban en cuenta con la probidad necesaria.
Cada uno de estos paradigmas ha significado importantes aportes a la práctica educativa.
La indudable importancia de estos cinco paradigmas
Los paradigmas educativos son el fundamento para la formación de los individuos desde dos puntos de vista. Cada uno de estos puntos los detallamos a continuación:
- Primero, como modelo que sirve de guía a la praxis educativa. Es decir, como un patrón o modo de enseñar. Muchas escuelas de maestros suelen entrenar a las personas para dictar clases según estos paradigmas.
- También, como un sistema pedagógico que tiene en cuenta al individuo en su dimensión humana integral. Es decir, no como un mero receptor de conocimientos.
Los paradigmas han evolucionado al igual que las sociedades que los engendraron. Es decir, han ido no solo cambiando. Sucede que también se han entremezclado entre ellos dando lugar a posturas mixtas. Sin duda, han dado muestras de que no son posturas estrictas sino flexibles y adaptables a nuevos escenarios.
Las exigencias educativas de nuestros tiempos
Las demandas educativas de hoy día difieren sustancialmente de las de los periodos anteriores donde aún no había asistentes educativos robotizados. No tiene sentido hoy día memorizar largas listas de conceptos frente a la enorme posibilidad que existe de desarrollar la comprensión lectora o la imaginación, entre otras facultades humanas.
Cada uno de los paradigmas emana del anterior, superando sus cuestionamientos. La era digital de la información ha rebelado de manera prodigiosa sus dimensiones educativas y sociales. Es decir, no es de extrañar que de nuestros tiempos emane un nuevo tipo de paradigma que impacte en los tiempos por venir.
Si se parte de la idea central de paradigma como visión del mundo, el modelo constructivista más la idea de nodo como punto de conexión entre múltiples capas sin jerarquización, advierten la idea de un nuevo humanismo, por la multiplicación de los saberes y las relaciones emergentes entre ellos.