Cada tipología de paradigma mantiene una perspectiva distinta en cuanto cómo debe ser abordado un tema. Uno de los principales tipos lleva por nombre de paradigma histórico-social, se reconoce como un patrón de aprendizaje e investigación que toma en cuenta todos los referentes sociales. Es decir, es una postura que siempre tomará en cuenta aspectos tales como la época histórica, las oportunidades sociales así como la disposición personal de cada individuo.
La premisa central de este tipo de paradigma se encuentra en el estudio del proceso desarrollo cognitivo individual. Este se caracteriza por no poseer autonomía e independencia de procesos externos como los de índole sociocultural y educacional. Plantea que la única posibilidad de comprender el proceso desarrollo psicológico es tomando en cuenta el contexto en el cual está inmerso una persona.
Una sociedad rige por instrumentos y prácticas, que han sido determinados y organizados a través de diversos procesos históricos con gran influencia social. El contexto cultural tiene un papel esencial y determinante en el proceso de desarrollo personal.
¿Qué es el paradigma histórico-social?
El paradigma histórico-social recibe varias denominaciones, a saber: paradigma histórico-cultural o paradigma sociocultural; pero se conoce particularmente por paradigma ecológico y la denominación que abre este artículo.
El paradigma histórico-social arguye que el proceso de desarrollo cognitivo de una persona no puede desligarse de las transformaciones socioculturales, ni tampoco de los desarrollos educativos. En consecuencia, para este paradigma el estudio de los procesos de conformación psicológica es consubstancial al contexto histórico-cultural en el cual tiene lugar.
En suma, la postura del paradigma histórico-social, ubica a la interacción social como el centro del desarrollo de los individuos, junto a la disposición interna del sujeto. Es imposible entonces analizar al individuo fuera de su sociedad, su cultura o su historia. La noción del paradigma no deja resquicio alguno en la vinculación entre sus aspectos funcionales, su entorno y los productos culturales. El contexto permea definitivamente las funciones cognitivas del sujeto.
Características del paradigma histórico-social
A continuación se describen cuáles son las características principales del paradigma histórico-social. Son los aspectos más resaltantes que permiten comprender de una mejor manera sus funciones e influencia. Son los siguientes:
- La teoría sociocultural es una doctrina psicológica que examina las conexiones entre los procesos cognitivos externos e internos.
- Este paradigma surge bajo la influencia de la ecología humana, particularmente de su condición de ecología cultural, que entiende que la cultura es un elemento esencial de la comunidad humana.
- Para el paradigma histórico-social, el lenguaje y la inteligencia son procesos psicológicos que dependen particularmente de factores sociales, históricos y culturales. Por ello, son fenómenos que se originan de vinculaciones socio-culturales complejas, de interacciones culturales. El lenguaje es el medio indispensable para asimilar la cultura.
- En el campo educativo, el estudiante es visto como un ser social. Como tal, es un derivado y un agente de las diversas interacciones sociales, que incluyen las escolares. Y en cuanto al rol del profesor, es también un agente derivado de su contexto sociocultural, cuyas prácticas docentes y de mediación se dan en un ámbito socioculturalmente determinado.
- Los objetivos y metas del paradigma socio-cultural en educación buscan el desarrollo del lenguaje y la inteligencia.
- Intenta analizar las maneras en que el entorno social ejerce su influencia sobre el desarrollo y conducta humana. Las creencias, las costumbres y el entorno humano, determinan la formación de los individuos.
- El aprendizaje de los individuos se entiende como un proceso social. El desarrollo humano se debe a un proceso mediado socialmente, que cambia de una cultura a otra. El contexto es llevado al aula con lo que se estimula el aprendizaje significativo; es decir, el contexto es transformado en una experiencia sistematizada.
- Dicho lo anterior, el aprendizaje es entendido como un proceso de mediación, que busca la socialización y culturización de los estudiantes.
- La mediación social es esencial para el desarrollo de la capacidad cognitiva, emocional, de los sujetos. El aprendizaje social está en situación de prelación al desarrollo cognitivo de los sujetos en edad infantil. Ellos crean el conocimiento de forma activa.
- Con base a lo anterior, la teoría sociocultural pretende crear un sistema que posibilita la investigación sistemática de la cognición, apelando al contexto social.
- El socioculturalismo de este paradigma conecta el aprendizaje y el comportamiento humanos con las dimensiones individuales, sociales y contextuales. Por ello, es imposible disociar el objeto de estudio de su contexto.
- El estudiante es poseedor de un potencial de aprendizaje que solo podrá desarrollar con la intervención de los agentes adecuados; es decir, mediante la implementación de herramientas colaborativas, constructivas y significativas.
- La inteligencia deriva del contexto y se desarrolla con el aprendizaje, más que a partir de la herencia.
- Por su metodología, el paradigma histórico-social es de tipo cualitativo y etnográfico. Pone sus esfuerzos en los productos, comportamientos y modos de mediación de las personas. Sus intereses están centrados en sus creencias, valores, puntas de vista, sentidos de vida, etc. Es, en tal sentido, una indagación endogámica, ya que la hace desde dentro de la comunidad, a través de la observación participativa.
A modo de conclusión
Para el paradigma histórico-social los educandos deberían definirse como seres sociales, constructos y actores de las diversas mediaciones sociales, dentro y fuera del recinto escolar.
Y el maestro y profesor deben ser comprendidos como agentes culturales, cuyo rol de educador está inmerso en un ámbito de estrategias y sistemas que están social y culturalmente delimitados. Son entonces mediadores primordiales entre el conocimiento sociocultural y la experiencia cognitiva de los estudiantes. La formación se encauza hacia la promoción de zonas de construcción para que el sujeto asimile el conocimiento, siguiendo y participando en actividades interactivas que el profesor propone.
Es lo que expone el modelo histórico-social, que el docente promueva la articulación de zonas de desarrollo cercanas a los estudiantes, usando sistemas formativos estratégicos. La educación formal, pasada por el tamiz del paradigma en cuestión, deberá seguir una estructura e ideario acorde con la función de promover la inteligencia, el lenguaje, la atención, la percepción, el razonamiento y la planificación en los individuos. Además, ello implica el uso crítico y funcional de las aptitudes, de las herramientas tecnológicas del medio (ordenadores, Internet, etc.), por parte de los estudiantes.
El paradigma histórico-social ha sido de gran ayuda para la comprensión de la cultura, ya que se ha dedicado a estudiarla en sus propios ámbitos o mediaciones, otorgándole al proceso de aprendizaje una perspectiva comunitaria y social.
Además, el paradigma en cuestión ha permitido la indagación de la conformación social del cerebro y de la personalidad, desde una perspectiva psíquica y social. Con este modelo el aprendizaje es de carácter cooperativo, crítico y se produce entre semejantes.
Por otra parte, el paradigma ha fortalecido la implementación de una corriente sociológica del pensum de estudio y de la cultura institucional propia. En una suma de visiones, se han concatenado los proyectos educativos propios y los proyectos curriculares oficiales. En esta suerte de prerrogativas, el maestro y profesor asumen nuevas tareas, no solo como mediador del aprendizaje, sino también como interlocutor de la cultura social.
Y, por último, el paradigma socio-cultural aboga por que haya una escuela básica y obligatoria cuyo objetivo sea la preparación y desarrollo de individuos aptos para la convivencia interpersonal y ciudadana. A las anteriores virtudes del paradigma socio-cultural se le suman un grupo de limitaciones, a saber:
- En su cuerpo conceptual aún quedan lagunas. La integración que propone entre ecología y realidad socio-cultural todavía le faltan otras reflexiones. Es decir, esta perspectiva comprehensiva intenta abarcar una cultura global; sin embargo, suele dejar a un lado sus elementos constitutivos, sus aprendices específicos. Esta visión colectivista lo aleja de los individuos que integran a ese colectivo.
- Los sistemas de investigación aún no están lo suficientemente esclarecidos. Se parte de la inferencia, pero no queda clara la correspondencia en las conclusiones. Y es que parte de lo particular a lo general, analizando de manera cualitativa algunos casos.
- En la práctica investigativa se tiende a oponer los paradigmas cognitivo y socio-cultural; sin embargo, pueden ser complementarios. El primero apuesta por el aprendizaje subjetivo y el segundo por el aprendizaje social. Vistos en forma de modelos complementarios, el uno en el todo y el todo en el uno sería un análisis más amplio e interesante. Un paradigma que sume los aspectos sociales, cognitivos y contextuales, y en el que sujeto-contexto queden integrados, bis a bis, resulta más completo.