octubre 6, 2024
Hipocresía

Hipocresía

La naturaleza humana no puede ser explicada solamente con adjetivos, porque el ser humano no solo guarda una vinculación con su entorno y se ve influenciado por el mismo, sino que cada sujeto decide finalmente cómo actuar y comportarse, haciendo uso de su propio juicio. 

Las perspectivas de cada persona construyen el universo de las apreciaciones y en ese amplio mundo de las personalidades cualquier cosa puede tener diversas lecturas, para algunos la verdad tiene matices, para otros solo existen dos realidades contrapuestas y una sola es valedera. 

Así las cosas, existen, en cualquier caso, principios éticos y morales que se ubican en la antítesis de la maldad, la violación de los derechos humanos y la injusticia en general, que fundamentan las leyes y acuerdos en los estados democráticos. 

Con seguridad, ninguna de estas normas tiene a la hipocresía como un principio a tener en cuenta. Muy por el contrario, la hipocresía es un antivalor, como la mentira, aunque ambas son manifestaciones comunes de la naturaleza humana.

¿Qué es la hipocresía?

La hipocresía es el acto de simulación de cualidades, sentimientos e ideas. Por su origen etimológico (del latín hypocrisis y del griego hypokrisis), la hipocresía implica el desempeño de un papel teatral. En el teatro romano, el personaje hypocrités representaba a un comediante.  

La hipocresía entonces guarda un profundo sentido con la idea de enmascarar lo que no se quiere mostrar a los demás. Sin embargo, quien actúa en una obra de teatro se pone la máscara de un personaje, que puede ser física o no, pero sus espectadores saben que es arte dramático. 

En la vida diaria, las personas se ponen una máscara, según la ocasión, haciéndola pasar como la verdadera cara de sí mismos. En este caso, el hipócrita es también un mentiroso, un impostor. 

La humanidad desde antaño siempre ha jugado a la “doble cara”. Buscando el reconocimiento de sus semejantes, las personas simulan contar con más recursos económicos de los que tienen realmente, o ser acreedores de una moralidad superlativa. En la política,  las máscaras son parte de la estrategia para llegar al poder. Por otra parte, las personas tienden a venderse como unos excelentes progenitores o buenos hijos. 

Si bien la hipocresía conlleva actos de simulación o impostura para hacerse pasar por lo que no es, también mediante el disimulo una persona logra ocultar su verdadera personalidad. El fin último, en ambos tipos de hipocresía, es lograr u obtener el reconocimiento o la admiración del prójimo.

Si el engaño está bien escenificado logra su cometido. De hecho, la hipocresía lleva a un gasto extra de esfuerzo para simular o tapar los rasgos que la persona no quiere mostrar.  La típica expresión “doble cara” describe al yo verdadero, por un lado, y al yo social por el otro. Las personas caracterizadas como dobles caras, construyen una segunda identidad para ocultar al yo real. 

Hipocresía

¿Cuáles son sus características y ejemplos?

La hipocresía está vinculada con la intriga. El intrigante es un hipócrita porque crea conflictos entre grupos o personas que dice querer, con la intención de dañar la armonía existente. Regularmente, las personas envidiosas son intrigantes y a la vez hipócritas. Estas personas generan intriga porque sienten envidia por lo que otras personas tienen. Para ello, deben articular grandes dosis de hipocresía.  

Para la psicología estas personas sienten miedo a ser rechazados por su entorno social. La doble cara sería entonces una estrategia para ser aceptados por la sociedad. Pero, en realidad pudieran asumir múltiples máscaras de acuerdo a las circunstancias materiales, contextuales y a las necesidades del hipócrita. 

Es oportuno aclarar que se deben separar los trastornos disociativos, como la personalidad múltiple, de la noción de “doble cara” del hipócrita. Para la psiquiatría y la psicología, la personalidad múltiple (desdoblamiento de la personalidad), es una patología que consiste en la presencia de dos o más personalidades distintas en un sujeto. 

El factor desencadenante que lleva a las personas a falsear su verdadera personalidad si bien es de interés para la psicología, no constituye necesariamente un problema psiquiátrico. No obstante, es el psiquiatra quien tiene que determinar la presencia de algún trastorno de la personalidad, debido a que son patologías crónicas y se manifiestan mediante problemas de adaptación al entorno. 

Los individuos se convierten en elementos problemáticos en su entorno laboral y social. Entre los trastornos de la personalidad, la histriónica y narcisista pudieran confundirse con personas con doble cara o hipócritas.

El sujeto con personalidad histriónica sigue una conducta y expresión teatrales y manipula a las personas cercanas; mientras que los narcisistas necesitan la adulancia y admiración de su entorno. Por otra parte, no se debe confundir la cortesía y el protocolo con la hipocresía, abiertamente usado entre las personas socialmente asimiladas. El meollo del asunto está en la pretensión de engañar de las personas caracterizadas por ello como hipócritas.

Para la psicología, los individuos hipócritas se cubren por el miedo a ser rechazados tal cual son. Además, ellos gustan involucrarse con grupos semejantes para construir la simulación de la aceptación. Tal aseveración habla de personas con baja autoestima que, en cualquier caso, requieren el apoyo de un psicoterapeuta. 

Hipocresía

Motivos por los cuales se genera 

Como se ha visto, las personas hipócritas difícilmente aceptan que lo son a sus audiencias y entorno más cercano. Es probable que al verse descubiertas y expuestas terminen alejándose; pero, solo se irán a otro lugar a despotricar y generar más intrigas.

El móvil  de los hipócritas es aparentar para conseguir algo a cambio, ya sea aceptación, reconocimiento, o simplemente alguna cosa material o inmaterial que les interesa. Seguramente, ese amor o cariño que demuestra a la persona que tiene lo que cree merecer es por interés. Una vez conseguida la cosa anhelada se marchará o jugará el papel de ser amigo(a), por si necesitase otra cosa.

Son muchos los ejemplos que se pueden mencionar, tal vez un resumen debería considerar los siguientes:

  • Comenzando por el más común. La mujer u hombre que se casa o forma pareja por interés económico. Puede ser un arma de doble filo, pero para la o el hipócrita es una forma de ascenso social sin necesidad de trabajar y esforzarse. Solo interpreta el papel de buena pareja. 

De hecho, el hipócrita llega al convencimiento de que cualquier sacrificio vale la pena con tal de obtener los beneficios de una vida holgada económicamente.

  • Otro ejemplo típico es el de la supuesta y nueva amiga. Pasado un tiempo, cuando ha logrado ganar la confianza de su víctima, casualmente se ve envuelta por problemas que requieren de un préstamo urgente de dinero. 

Sin necesidad de pedirlo, la amiga (su víctima) se ofrece para ayudarla. Una vez que le presta el dinero y pasados los meses, la mujer finge molestarse porque simula verse asediada por el cobro del préstamo por parte de su víctima. En el mejor de los casos, solo le ha devuelto un tercio del dinero. Desde luego, la supuesta amistad se acaba después del préstamo.

  • En líneas anteriores se mencionó al político. Acá habría que definirlo como el hipócrita de turno. Bien vale la pena reiterar este ejemplo. La política partidista es una suerte de arte del engaño, particularmente en los países subdesarrollados. 

Los políticos apelan a la necesidad de los votantes, que regularmente votan en función de las promesas que los mismos hacen. En una suerte de círculo vicioso, una vez que llegan al poder, las promesas se desvanecen por una supuesta falta de recursos económicos. 

  • Y finalmente otro ejemplo del ámbito laboral. La hipocresía como recurso permite a sus diletantes mantenerse en posiciones estratégicas hasta que llega el momento de lanzar su ataque y hacer jaque mate a su víctima. 

Se han visto ejemplos de robo de ideas en el campo de la invención. Los hipócritas, por su incapacidad para generar grandes ideas, se adhieren como rémoras a las personas talentosas para usarlos. Manteniéndose como parte del equipo de trabajo, capitalizan las ideas ajenas como propias.  Incluso, en la historia de los inventos, se han visto casos de robo de patentes. Tras esos robos seguramente hubo mucha escenificación e hipocresía.

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