Generalmente la palabra estrés tiene una connotación negativa, las personas suelen utilizar este término para referirse a un estado de fatiga y falta de concentración. Sin embargo, es mucho más complejo debido a que realmente es un término médico que define al desequilibrio homeostático. Es una reacción inconsciente y automática ante cualquier tipo de presión o peligro.
Desde el punto de vista médico es un proceso natural que se utiliza para adaptarse a cualquier circunstancia, para ello se activa durante un período de tiempo prolongado un mecanismo complejo que trata de equilibrar las funciones corporales. Sin embargo, requiere de una mayor cantidad de esfuerzo para lograrlo, por lo cual las personas podrían enfrentar efectos negativos en su salud tanto física como mental.
¿Qué es el estrés?
El estrés se define como un tipo de reacción fisiológica que tiene origen psicológico. Es un mecanismo de defensa que tiene por finalidad ayudar a afrontar situaciones amenazantes o que demandan un esfuerzo de mayor intensidad. El organismo es altamente sensible a cualquier factor externo o estímulo que pueda generar estrés, en cada individuo estas causas son distintas.
Otra manera de entender cómo funciona este mecanismo de defensa es comprendiendo que es una respuesta inconsciente a un desafío en particular. Esto significa que el sistema nervioso simpático se activa automáticamente, la particularidad es que algunas personas podrían luchar o en cambio tratar de huir. La respuesta es variable debido a que depende de otros factores tales como las experiencias previas o la capacidad de tolerar los altos índices de ansiedad.
Se considera que es una condición quede debilita notablemente la salud física y mental de quien lo padece, sobre todo cuando se prolongará durante largos períodos de tiempo. Específicamente el sistema parasimpático del cuerpo lucha por lograr que el cuerpo vuelva a estar en condiciones normales a lo cual se le llama homeostasis. Sin embargo, algunos consideran que los altos índices de estrés pueden considerarse como algo positivo porque mantiene a las personas activas y en alerta, a éstos se le denomina con el término de eustrés. En cambio cuando repercuten negativamente se le llama distrés.
La primera vez que se hizo mención de esta condición fue durante la década de los años 30 del siglo pasado. El médico Hans Selye, de origen austriaco, realizó una serie de investigaciones que dieron como resultado que la mayoría de los enfermos mostraban síntomas comunes; después de padecer una prolongada enfermedad. Independientemente de la condición que hayan padecido, las personas mostraban efectos negativos como la fatiga, astenia, pérdida de apetito e incluso ansiedad. En un principio se refirió a este complejo cuadro clínico como “Síndrome de estar enfermo”.
Posteriormente a mediados de siglo se continuarían realizando investigaciones con respecto a este tema, finalmente se utilizada por primera vez el término de “estrés” a partir de una publicación que data de 1950. Dicha palabra tiene origen científico, específicamente de la física, hace referencia a la reacción de los cuerpos ante la presión a lo cual se le conoce como la fatiga de materiales. Cuando se recibe una mayor cantidad de presión finalmente puede destruirse.
¿Cuáles son sus características?
Las características del estrés se asocian principalmente a los cambios psicofisiológicos. Esto significa que la persona afectada deberá experimentar síntomas que ocasionaran limitaciones en sus capacidades y rendimiento habitual. Considerando que el estrés genera un aumento considerable en el gasto energético, en consecuencia es muy probable que haya deficiencias motoras y del pensamiento. A continuación se describen las características principales:
- Hay cambios profundos en el equilibrio emocional. En consecuencia, los pacientes tienen mayores niveles de ansiedad, confusión y miedos que anteriormente no habían sido experimentados.
- Las capacidades mentales se ven afectadas negativamente. Por ello, la dificultar para pensar se manifiesta a partir de pensamientos repetitivos, dificultar para concentrarse, deficiencia en la memoria, aumento de pensamientos autocríticos y excesiva preocupación.
- La conducta e inclusive la personalidad del paciente cambian drásticamente. Comienzan a adoptar actitudes que anteriormente no estaban presentes como hablar de más, aumento en el consumo del alcohol, gesticulación exagerada o evitar el contacto visual por ejemplo.
- Ocurren cambios físicos que evidencian la intensidad del estrés que desee está padeciendo. Por ejemplo, los músculos permanecen contraídos, aumentan los dolores de cabeza, malestar estomacal, palpitaciones, agitación en la respiración y la fatiga.
Tipos de estrés
Principalmente se hace mención de dos tipos de estrés, uno es descrito como un proceso más positivo en comparación al otro. El eustrés es un proceso necesario para la adaptación circunstancial, los seres humanos lo emplean para poder resolver cualquier tipo de situación compleja. De esta manera se mantiene el equilibrio adecuado entre las capacidades mentales y las capacidades físicas para solventar estas situaciones. Se evidencia su existencia cuando reaccionamos de manera defensiva a estímulos amenazantes.
El distrés es un proceso negativo que genera un desequilibrio en el organismo, afectando el potencial de homeostasis. Por ello, es habitual que las personas que lo padecen experimenten fatiga, ansiedad y cambios en el comportamiento y la personalidad como la irritabilidad. Con ello también aparecen las consecuencias físicas, principalmente debido al aumento considerable del gasto energético. Lo más probable es que se deba actuar con mayor rapidez sin que haya un momento de descanso, promoviendo el agotamiento.
Bajo otro criterio el estrés también puede ser clasificado de dos maneras: el estrés agudo y el estrés crónico. El estrés agudo se caracteriza por tener una durabilidad más breve, se genera a partir de situaciones que generalmente de se solucionan rápidamente. También ocurre cuando se experimentan emociones de mucha intensidad.
El estrés crónico tiene una durabilidad más prolongada, la misma eventualmente ocasionar problemas en la salud mucho más difíciles de lograr solucionar. Suele ser una reacción ante problemas tan importantes como una muerte inesperada o problemas económicos. Las personas que padecen esta tipología de estrés suelen acostumbrarse y no darse cuenta de este problema,.
¿Cuáles son sus síntomas?
El estrés reúne un amplio conjunto de síntomas psicofisiológicos. También es conocido como el Síndrome de General de Adaptación. Lo más característico son las respuestas inespecíficas e inesperadas, que reflejan el aumento de la demanda energética a la cual estará sometido el paciente. Por ello, en cada individuo se observan síntomas y reacciones tan diversas como tratar de defenderse o escapar.
A continuación se describen cuáles son los síntomas más comunes del estrés, los mismos son clasificados en dos categorías las cuales son: fisiopatología y las reacciones psicológicas. Esto significa que es una condición que genera múltiples reacciones imprevistas e incontrolables, por ello en cada persona el estrés se manifiesta de formas distintas. Estos son los principales síntomas:
Los síntomas fisiopatológicos suelen experimentarse cuando el estrés es más profundo e intenso. Son los siguientes:
- El sistema nervioso simpático comienza a trabajar a un ritmo poco habitual con lo cual aparece síntomas tales como la taquicardia, vasoconstricción, disminución de la movilidad intestinal, pérdida a de la pigmentación de la piel e inclusive la caída del cabello.
- Aumenta considerablemente la liberación de glucocorticoides en el torrente sanguíneo. Entendiéndolo de otra manera hay mayor concentración de adrenalina y de noradrenalina así como de cortisol.
- Los niveles de glucosa en la sangre aumentan. Que esta es una situación que afecta la coagulación así como aumentar el riesgo de padecer un accidente cerebro vascular. Otras condiciones asociadas son la trombosis y la afectación de los procesos inunitarios.
- Las personas se mantienen en un estado de alerta permanente, estos son mecanismos desarrollados con la finalidad de aumentar las probabilidades de supervivencia. Éstos sólo pueden proporcionar cierta tranquilidad durante un corto plazo.
- El organismo enfrenta el desgaste de sus reservas energéticas a medio y largo plazo. Esto es consecuencia del estado de alerta ocasionando inmunodepresión y un aumento en la liberación de hormonas por ejemplo.
- Las personas comienzan a experimentar cambios corporales que hasta ese momento no habían ocurrido con anterioridad. Este es el caso del aumento de la sudoración y los cambios en el peso corporal.
Las reacciones psicológicas asociadas a les tres tienen tres componentes principales los cuales son: emocional, cognitivo y del comportamiento. A continuación se describen cada uno de ellos:
- Las reacciones emocionales alteran el estado de ánimo y las mismas se corresponden al estímulo por el cual se han suscitado. Esto significa que el paciente puede sentirse más vulnerable psicológicamente, lo cual lo hace más propenso a parecer de depresión o de ansiedad por consecuencia.
- La irritabilidad es un factor común en los pacientes que son tratados por estrés. La inestabilidad emocional se manifiesta de múltiples maneras, dependiendo de la intensidad de la reacción que se tenga ante el causante de este estado. Así mismo depende de la cantidad de tiempo en el que se prolongue.
- La apatía, la indiferencia y el abatimiento son otras reacciones que afectan notablemente el rendimiento y la autonomía del paciente. Con ello, comienzan a crearse pensamientos negativos e intrusos, que dificultan que el paciente pueda integrarse a su vida y actividades cotidianas.
- La dificultad para concentrarse se acompaña de la imposibilidad de sentir placer o satisfacción, e inclusive alegría. Aun cuando el paciente trate de realizar actividades que generalmente generan estas experiencias, su sistema no se encuentra capacitado para dejarlo sentir estas emociones y sensaciones.
¿Cuáles son sus causas?
Las causas por las cuales se genera el estrés son tan diversas así como también su funcionalidad. Es decir, para la mayoría de los expertos se trata de una reacción que permite enfrentar situaciones importantes. Es un mecanismo de respuesta que se inicia con una primera fase de activación, que ayuda a la persona a prepararse a un estímulo en particular.
Por un determinado período de tiempo se mantiene este estado tensión y de mayor actividad, que solamente va a disminuir una vez que haya una resolución. Precisamente allí es donde radica su utilidad, las personas pueden adaptarse a las circunstancias pudiendo cubrir las exigencias y las necesidades requeridas. Todas las reacciones que se suscitan eventualmente agilizarán el proceso para encontrar una solución.
El ritmo de vida actual propicia que las personas experimenten períodos de considerable estrés. Lamentablemente, la parte negativa de este mecanismo deja importantes repercusiones en la salud de los pacientes. Desde conflictos sociales, problemas económicos, carencias afectivas, conflictos laborales y otras situaciones similares; en común suelen ser las causantes del estrés.
Sin embargo, el lado negativo del estrés se encuentra en que ocasiona efectos perjudiciales en la salud una vez que se ha superado los niveles de energía y recursos. Por ello, siempre se debe evaluar objetivamente si las sensaciones y los cambios experimentados, a partir de una situación estresante, están afectando la salud.
Consejos y/o hábitos para reducir el estrés
Para combatir el estrés se puede emplear varias alternativas que pueden proporcionar resultados al poco tiempo de ser puestos en práctica. Generalmente se inicia con ejercicios para incitar la relajación y mantener un mejor control de la respiración, al ejercer un control voluntario se propicia un estado de calma; lo cual es positivo ante las situaciones de extremo estrés. A continuación se mencionan algunos consejos y hábitos saludables:
- Los ejercicios físicos suelen proporcionar beneficios tanto físicos como también psicológicos. Además, se cuenta con evidencia científica que demuestra que el ejercicio promueve la liberación de las llamadas “hormonas de la felicidad”.
- Las actividades recreativas siempre son una buena opción para despejar la mente y pasar tiempo relacionándose socialmente. En ocasiones el estrés se genera a partir de la sobrecarga de trabajo y por presiones que generan un aumento de la actividad cerebral. En consecuencia, la práctica de actividades como bailar, ver una película, jugar o conversar; propician un estado de calma.
- Los hábitos saludables cómo mantener una dieta equilibrada así como aprender a evitar situaciones que causen estrés; son sólo algunos consejos iniciales. Lo importante es que las personas aprendan a cuidar de sí mismas.
- Planificar las actividades diarias en familia y a nivel laboral. El orden ayuda a que las personas mantengan un ritmo de vida más relajado. Es decir, el estrés también puede generarse a partir de responsabilidades que son adjudicadas a la fuerza, las personas deben aprender a sincerarse en cuanto a sus capacidades e intereses.
- Mantener un mayor contacto con la naturaleza, así como con familiares o amigos; porque promueve un estado mental más equilibrado. Se debe buscar tener contacto con un entorno en el que nos sintamos cómodos.