La palabra estrés designa a un estado de permanente tensión. Generalmente se sobreentiende que se trata de un conjunto de síntomas físicos y psicológicos que expresan el estado de alerta y ansiedad. Sin embargo, también puede utilizarse para referirse a un tipo de tensión localizado, como es el caso del estrés visual.
Básicamente se trata de un conjunto de manifestaciones oftalmológicas variables. Puede ser el enrojecimiento de los ojos, la inflamación o incluso los dolores de cabeza. Cualquier señal de este tipo indica hasta qué punto se ha visto afectada la visión y la agudeza visual, por ello los pacientes suelen enfrentar serias dificultades para realizar ciertas labores que impliquen la utilización de la vista.
¿Qué es el estrés visual?
Se define como estrés visual a un tipo de tensión que se origina a partir de una excesiva demanda del uso del órgano visual y sistemas asociados. Esto ocurre durante períodos de tiempo muy prolongados, inclusive pueden ser permanentes debido a múltiples factores. También se toma en cuenta algunas pautas ergonómicas procedentes de un entorno poco favorable para la salud visual.
Este es un concepto que ha ganado más popularidad en la actualidad debido a que la mayoría de los trabajos dependen de la utilización de ordenadores. De esta manera los ojos tienen que enfrentarse a un estrés continuo, en consecuencia la agudeza visual se ve afectada notablemente. Las molestias comienzan a surgir cuando el propio paciente se da cuenta de la deficiencia visual, sobre todo en distancias cortas.
Este es un problema de salud que puede afectar de distintas formas, dependiendo de cómo se genere y en las circunstancias en las que se encuentre el paciente. Para algunos puede tratarse de una visión doble y para otros una visión totalmente borrosa. En cambio otros lo describen como un cansancio acompañado de síntomas como el enrojecimiento, secreción de lágrimas y el escozor. Finalmente, en algunos pacientes se trata de un dolor de cabeza constante asociado a la disminución de la agudeza visual.
Se podría afirmar que es un problema que ha aumentado considerablemente en gran parte de la población activa laboralmente. Esto significa, que el sector que abarca desde los jóvenes adultos hasta a aquellos que se encuentran en fase de jubilación son igualmente propensos. Ello se debe a que los trabajos actuales dependen íntegramente de la utilización de ordenadores, tabletas y equipos móviles; para poder llevar a cabo sus labores.
Se asocia con la astenopía la cual es una condición oftalmológica que se caracteriza por la visión doble. Suele ocurrir cuándo se permanece enfrente de una pantalla constantemente, pero también puede deberse a la lectura excesiva lo cual implica un esfuerzo ocular.
¿Cuáles son sus síntomas?
El desarrollo de los síntomas es algo que ocurre de forma particular en cada paciente. Depende en gran parte de las condiciones a las cuales han estado sujetos los ojos, asimismo de la tolerancia del propio paciente a estas circunstancias. En cuanto a la morfología ocular también es otro factor a considerar y de algunos hábitos visuales poco saludables. El conjunto de todos estos elementos es lo que contribuye a que el paciente sea propenso a esta condición.
Los síntomas más comunes son los típicos dolores de cabeza que se localizan específicamente en la frente y en espacios cercanos a los ojos. El dolor puede describirse como algo que se inicia en esta zona, que irradia hacia la parte de atrás de la cabeza. Algunos pacientes pueden enfrentar dolores intensos en el globo ocular e inclusive sobre los párpados.
Las molestias oculares tales como la sensación de tener un cuerpo extraño, el escozor y el picor. Generalmente se acompaña del lagrimeo lo cual implica que el propio organismo está tratando de mejorar las condiciones físicas del órgano ocular. En otros casos en cambio ocurre una sequedad que aumenta la incomodidad. En los casos más graves puede ocurrir una hinchazón que eventualmente va aumentando.
Quizás el síntoma más leve e inicial es el enrojecimiento de los ojos. Suele tratarse mediante la utilización de lágrimas artificiales, sin embargo solamente permite tener un descanso momentáneo. En los casos más graves el paciente podría sentir molestia en el puente nasal y en las cuencas de los ojos, generalmente se trata de una congestión generalizada que se siente en todo el rostro.
También destaca otro síntoma el cual es un temblor involuntario que afecta directamente al músculo de Müller. El mismo es el que permite que se eleve el párpado, es un músculo importante que además es controlado por el sistema nervioso. Suele activarse durante situaciones estresantes en donde se libera una considerable cantidad de adrenalina. A estos movimientos se les llama generalmente tics, no existe hasta ahora un tratamiento oftalmológico específico, pero se suele recomendar el descanso y los masajes.
¿Cuáles son sus causas?
Generalmente surge a partir de la realización de un esfuerzo continuo e intenso. También puede ser consecuencia de la acumulación del estrés Y de que continuamente se enfrenten condiciones ambientales poco saludables para los ojos. Es más común en pacientes que tienen el hábito de leer o mirar una pantalla durante largos periodos de tiempo.
Básicamente implica que se fuerce la vista para actividades que requieren concentración al detalle. La tensión aumenta cuando se hace frecuentemente cambios en el enfoque, así la vista se centrará en observar objetos cercanos y lejanos.
La realización de actividades que implican una mayor concentración visual son las que generalmente ocasionan el ojo seco. Esto significa que los ojos deben de permanecer abiertos por más de 18 o 13 parpadeos por minuto. Garantizar una adecuada lubricación del ojo garantiza que haya menor sensación de incomodidad y fatiga.
Otra causa importante es la utilización de una iluminación inadecuada en el entorno laboral. Cuando se diseñe este espacio se debe tener en cuenta que no debe exceder y tampoco ser escasa, encontrar el punto medio entre ambos extremos evita que el ojo deba hacer un esfuerzo acomodativo extra.
También es importante hacer mención de la exposición a la luz ultravioleta o de alta frecuencia. Esta es la más perjudicial para la vista porque ocasiona daños irreparables en la retina a largo plazo, ellos se debe a que contribuye a que las células sean eliminadas de la mácula.
Consejos y/o hábitos para reducir el visual
Los expertos suelen hacer mención de una serie de pautas ergonómicas, las mismas están diseñadas para garantizar un menor impacto directo sobre los ojos. Se ha comprobado que la implementación de los mismos puede reducir los síntomas de esta condición.
Por ejemplo, la silla que se utilice en el espacio laboral debe poder regularse, de esta manera se modifica a la altura y la inclinación. El respaldo debe estar recto para garantizar la comodidad de la espalda, en cuanto a la inclinación debe ser de 25 grados con respecto a la superficie horizontal del escritorio.
Otra a medida primordial se relaciona a la distancia del paciente con respecto a la pantalla del ordenador. Es preferible que no supere los 40 centímetros, de esta manera la iluminación tendrá a un menor impacto directo. Lo más recomendable es lograr una iluminación natural en la medida de lo posible. En caso de tener que utilizar iluminación artificial la misma no debe ser muy intensa ni estar muy cercana.
Igualmente implementar la utilización de los descansos aportará beneficios a corto y largo plazo. Cualquier medida que garantice reducir la fatiga ocular ya sea un descanso de un minuto o hasta de media hora, lo más recomendable es que el paciente sea contante en esta práctica.
La jornada laboral promedia dura aproximadamente ocho horas diarias, lo cual implica a mirar directamente un monitor o una pantalla del móvil. Esto significa que la mirada se mantendrá a fija en un solo punto, Lo cual contribuye a la sensación de fatiga y a los fuertes dolores de cabeza. Combinar este tiempo con otro en donde se utilice los ojos para mirar espacios abiertos y en condiciones de iluminación natural, es primordial.