El estrés es uno de los problemas sociales y de salud más importantes de la sociedad actual. Aproximadamente más de la mitad de la población global en algún momento ha experimentado episodios estresantes y de ansiedad. En cuanto a las causas, usualmente se adjudican a diversas actividades cotidianas que exigen un mayor nivel de concentración y de responsabilidad.
Es por ello que se ha creado una clasificación de los distintos tipos de estrés, tomando en cuenta el por qué y cómo se desarrolla. Esto significa que las personas pueden ser más vulnerables ante determinados estímulos o circunstancias. De esta manera también se puede proporcionar las soluciones más adecuadas tomando en cuenta estos mismos factores.
Una de estas tipologías se conoce con el nombre de estrés postraumático. Se trata de una condición mental, que está directamente relacionada con la vivencia de un evento que dejó importantes secuelas psicológicas y físicas. Lamentablemente, se trata de un recuerdo que es difícil de tolerar para el paciente, y le genera además de estrés también ansiedad. A continuación se profundiza en relación con este tema.
¿Qué es el estrés postraumático?
El trastorno de estrés postraumático cuyas siglas son TEPT, es una condición psicológica que se experimenta a partir de un evento traumático. Esto significa que las personas que han desarrollado esta condición han sido partícipes o en cambio testigos de situaciones de este tipo. En consecuencia, tienen secuelas tanto psicológicas como físicas que reflejan la gravedad del trauma.
Al referirnos a experiencias traumáticas específicamente se trata de eventos como accidentes automovilísticos, desastres naturales, guerras, conflictos sociales, violencia, agresiones sexuales así como problemas personales como las discusiones familiares. Cada persona reacciona de manera distinta a situaciones que les representa recordar acciones y decisiones que tuvieron resultados negativos. Por lo tanto, en el futuro continuamente tendrán reacciones negativas a estímulos que sean asociables o similares al trauma que tratan de evitar volver a experimentar.
Este es un tipo de estrés que está directamente asociado al miedo, este se desarrolla de tal manera que es difícil de controlarlo, por lo cual posee síntomas similares a los de una fobia. Esto significa que desencadena respuestas imprevisibles e incontrolables tales como huir o luchar.
Algunos expertos consideran que esta condición tiene una durabilidad variable, que depende en gran parte de la capacidad del paciente para hacer frente al estrés. Se ha comprobado que algunos individuos tienen mayor tolerancia a los estímulos y efectos que tienen las situaciones traumáticas y estresantes.
El pronóstico suele ser positivo ante la posibilidad de recuperarse bien. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que algunos síntomas pueden tardar en desaparecer; sobre todo cuando el tratamiento es abruptamente interrumpido lo que propicia que puedan reaparecer. Asimismo, se considera que cuando se aplica un tratamiento adecuado y de manera a oportuna es más probable observar cambios favorables a corto plazo.
¿Cuáles son sus síntomas?
En cuanto a los síntomas pasa igual que con las causas, en cada paciente se observan similitudes pero también diferencias. Sin embargo, se puede hacer mención de algunos síntomas que suelen observarse en la mayoría de los casos. Son los siguientes:
- Se suele experimentar pensamientos recurrentes que reviven la experiencia traumática. Se le llama reviviscencia y se trata de volver a recordar con detalle el evento que ha dado inicio el estrés, se hace por medio de flashbacks que se presentan de forma imprevisible.
- Las pesadillas así como pensamientos aterradores son comunes en estos casos. No se tiene control sobre ellos y evitan que haya coherencia y fluidez en el pensamiento.
- Los síntomas de evasión corresponden directamente a los recuerdos del evento traumático. Esto significa que el paciente tratará de reaccionar como debió haberlo hecho en su momento.
- De manera inconsciente los pacientes tratan de evitar los lugares, personas y objetos; que se asocian directamente con la experiencia traumática. Por ejemplo, en el caso de los accidentes automovilísticos se deja de conducir o de utilizar transporte terrestre.
- Los pacientes en un intento por evitar pensar o recordar, aumentan la cantidad de responsabilidades y de actividades. Este es un recurso de evitación para no pensar en lo sucedido.
- Los síntomas de reactividad o también de hipervigilancia, reflejan el nivel de nerviosismo que sienten ante la posibilidad de volver a vivir el mismo evento traumático. Esto significa que siempre se mantienen alerta y en un estado de defensa.
- La tensión corporal y sentirse sobresaltado son ambos aspectos comunes del comportamiento de los pacientes.
- hay irritabilidad y arrebatos de ira que ocurren de manera sorpresiva, asimismo habrá dificultad para dormir y mantener una comunicación estable con otras personas.
- Los estados de ánimo son volubles y se acompañan de múltiples síntomas cognitivos. Usualmente se hace mención de cambios negativos que se acompañan de sentimientos y creencias que crean conflictos en la propia autoestima.
- Hay problemas en la memoria debido a que inconscientemente se trata de olvidar el evento traumático.
- El remordimiento y los sentimientos de culpa no pueden evitarse en estos casos.
- La pérdida en la capacidad de concentración dificulta que el paciente pueda ser útil o eficiente para determinadas actividades.
- Se experimenta falta de interés y de satisfacción en realizar hobbies que anteriormente proporcionaban estas reacciones.
A nivel fisiológico el cuerpo de manera automática trata de protegerse del peligro que se ha detectado, el sistema comienza a liberar ciertas hormonas que se asocian con el estado de alarma. Asimismo podemos observar un aumento considerable de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca y respiratoria.
Generalmente los síntomas comienzan a aparecer al poco tiempo de que haya acontecido el evento traumático. Sin embargo, también puede darse el caso de que tarden en aparecer después de varios meses o años, todo depende de cómo el paciente de nuevo deberá enfrentarse a circunstancias que se lo recuerden. Los síntomas tienen una duración promedio de días o semanas, causan un estado generalizado de angustia que interfiere en la autonomía y en la vida personal.
¿Cuáles son sus causas?
Son diversas las investigaciones que han tratado de encontrar cuáles son las causas por las cuales se desarrolla el trastorno de estrés postraumático, los resultados reflejan que depende de cada persona. Es decir, aspectos personales así como otros factores de riesgo como la genética, son sólo algunos de los responsables. Esto significa que cada caso depende en gran parte de cómo, cuándo, cuanto y porque se ha sido parte de un evento traumático y como esto puede afectarnos.
La neurobiología también puede brindar respuestas en cuanto a que algunos individuos pueden ser más sensibles en comparación a otros. Las personas eventualmente a lo largo de sus vidas aprenden a adoptar prácticas tales como la responsabilidad, el control emocional, el perdón, capacidades resolutivas así como otras; que les permitirá hacer frente a situaciones de cualquier índole. Los traumes precisamente pueden afianzarse debido a la falta de estos recursos.
Este es un tipo de estrés que puede desarrollarse a cualquier edad y en cualquier género, sin embargo la incidencia se mantiene más alta dentro de la población femenina. Igualmente se debe tener en cuenta que el haber experimentado traumas durante la infancia, aumenta considerablemente las probabilidades de que se sufra de estrés postraumático durante la adultez.
Igualmente pacientes que hayan tenido condiciones psicológicas como las fobias y trastornos por ansiedad igualmente son propensas. Los individuos que cuentan con carencias afectivas y la falta de apoyo social, igualmente tienen posibilidades de desarrollar este u otro tipo de estrés. Situaciones tales como la pérdida de un ser querido, lesiones físicas o la perdiera a del puesto de trabajo; todas deben ser atendidas psicológicamente para evitar poner en riesgo la estabilidad mental.
Consejos y/o hábitos para reducir el postraumático
El primer paso para solucionar el estrés postraumático es por medio de un diagnóstico realizado por un profesional de la salud. Un psicólogo o un psiquiatra, que tenga experiencia en enfermedades mentales de este tipo, será el encargado de implementar un examen físico y un test psicológico. Los síntomas que permitirán realizar el diagnóstico de manera asertiva serán los de reviviscencia, evitación, hipervigilancia, reactividad y los síntomas cognitivos y anímicos
En cuanto a los tipos de terapia seleccionados lo más habituales para utilizar son la terapia de conversación combinada con medicamentos. Debido a que el estrés postraumático afecta a personas de distintas edades de formas diversas, lo más probable es que se diseñe un plan adaptado a las propias necesidades del paciente.
La psicoterapia está basada en la puesta en práctica de tácticas que permitirán realizar cambios en los patrones mentales y del comportamiento. Esto se realizará mediante la identificación de los síntomas negativos, para posteriormente enseñar al paciente a que pueda controlarlos.
En algunos casos es probable que se requiera de la utilización de fármacos como los antidepresivos. Usualmente su administración se debe a que el cuadro clínico del paciente es considerablemente más grave y por lo tanto los síntomas son más difíciles de controlar. Este es el caso de la tristeza, la ira y la preocupación excesiva; suelen manifestarse en cambios abruptos en el estado de ánimo y problemas para conciliar el sueño.
Lamentablemente esta es una condición que no puede prevenirse, pero sin embargo se puede reducir los riesgos mediante la implementación de ciertos cambios en la vida de los pacientes. Siempre es importante contar con el apoyo de personas cercanas que les ayuden a sentirse bien y actuar de mejor manera ante el peligro. Son aspectos son positivos cuando se está desarrollando estrategias de afrontamiento, la resiliencia y para la superación de situaciones traumáticas.