diciembre 1, 2024
Estrés crónico

Estrés crónico

La palabra estrés se ha hecho más popular en los últimos años convirtiéndose en esencial dentro del léxico cotidiano. La utilizamos para referirnos a aquellos estados emocionales que reflejan los niveles de ansiedad y de preocupación, que enfrentamos con ciertas situaciones. Igualmente ha ganado mayor importancia dentro del campo de la psicología, debido a que un amplio espectro de enfermedades psicológicas se relacionan directamente.  

Cuando observamos síntomas propios del estrés como la pérdida del control de las emociones, aumentado del ritmo cardíaco y problemas para concentrarse por ejemplo; es importante acudir a la ayuda médica. Sin embargo, aún es una enfermedad que pasa desapercibida en la mayoría de los casos y representa un peligro importante. Puede experimentarse de formas distintas así, como también puede afectar de manera diversa la salud del paciente. 

Se ha identificado una amplia tipología que describe distintos tipos de estrés. Cada uno de ellos posee características particulares y se desarrolla a partir de ciertos estímulos, a los cuales sin embargo algunos individuos pueden no ser vulnerables. Allí es donde radica la complejidad de esta enfermedad, en cada paciente tanto las causas como los síntomas presentan similitudes y diferencias. 

Se considera que uno de los tipos de estrés más graves es el estrés crónico. Como su mismo nombre lo indica, se trata de una condición que afecta en mayor grado la salud psicológica y física de quien la padece. En consecuencia, también se podría asumir que es una de las más difíciles de tratar, sin embargo mediante un pronóstico temprano y la puesta en práctica del tratamiento más adecuado; se pueden tener resultados positivos. 

¿Qué es el estrés crónico?

Se define como estrés crónico a un tipo de trastorno que afecta a nivel psicofisiológico, que se caracteriza por su intensidad. Es decir, una vez que se ha desarrollado, el paciente adopta un comportamiento que refleja el deterioro de su salud mental, lo cual sucede de forma progresiva. De esta manera las personas dejan de ser eficientes y autónomas en labores que anteriormente ejercían con efectividad. 

Suele presentarse durante periodos de tiempo puntuales, por lo cual puede asumirse que es temporal. Sin embargo, también hay casos donde se extiende por prolongados períodos, aumentando la intensidad de los síntomas paulatinamente. Depende en gran parte de la cantidad de presión que se ejerce sobre el paciente. Igualmente también dependerá de la percepción que posee de su entorno y de su realidad, identificando posibles peligros a los cuales reacciona negativamente. 

Estrés crónico

Básicamente el estrés refleja cómo nos relacionamos nosotros mismos con nuestro entorno. Asimismo, indica cuál es nuestra evaluación de nosotros como individuos y nuestras capacidades para enfrentar el peligro. El bienestar siempre se va a relacionar a la estabilidad que poseemos en nuestras vidas personales y como se conecta con el entorno. 

Usualmente las situaciones estresantes comienzan cuando percibimos que somos víctimas de una eventual amenaza. Para que se produzca se debe contar con las condiciones necesarias que hagan que el paciente reaccione. Estos estímulos suelen estar asociados a experiencias y características personales, la unión de estos elementos condicionan a la persona para que enfrente cada situación de una manera en particular. 

¿Cuáles son sus síntomas?

Al igual que ocurre en otras tipologías del estrés, los pacientes desarrollan síntomas muy particulares; por lo cual no siempre serán los mismos en cada caso. Sin embargo, estadísticamente se observa una mayor incidencia en síntomas que se consideran son más comunes. A continuación se describen cuáles son: 

  • Las personas suelen sentir falta de control sobre sus vidas personales. Habrá confusión en cuanto a los límites entre sus responsabilidades, necesidades y sus deseos. En consecuencia, no habrá orden lo que provocará una sucesión de eventos enmarcados por resultados poco exitosos. 
  • La incapacidad para lograr mantener la concentración es un factor común. Esto repercute negativamente sobre acciones que requieren una mayor precisión y en la toma de decisiones muy importantes. 
  • Los pacientes no pueden tranquilizarse a sí mismos y por lo tanto se mantienen en un estado de tensión permanente. Se acompaña de la impaciencia y la falta de tolerancia, lo cual repercute negativamente en la interacción con otras personas. 
  • Algunas pacientes pueden desarrollar un comportamiento autoritario. Esto implica que sus conductas eventualmente suprimen capacidades como la empatía y escuchar con atención.  
  • Los problemas para conciliar el sueño y lograr un descanso reparador afectarán al estado de ánimo. Por lo tanto, los pacientes experimentan cambios anímicos abruptos, así como periodos de considerable irritabilidad. 
  • Los tics corporales suelen aparecer en zonas como el rostro y en las manos. Las contracciones musculares en los párpados y en los labios son los más comunes 
  • Los dolores corporales suelen ubicarse en la zona de la cabeza y en la espalda. Los pacientes de esta manera experimentan una fatiga crónica con síntomas que pueden aumentar su intensidad. Fármacos para calmar el dolor  pueden eventualmente dejar de ser efectivos. 
  • Problemas en la salud de la piel como la  urticaria y el eccema se asocian también a la caída del cabello en distintas zonas. 
  • Problemas del sistema digestivo como el estreñimiento y la diarrea. Algunos pacientes pueden sentir ganas de orinar de forma frecuente. 
  • En el caso de las mujeres es posible que haya un desajuste en el período menstrual. 
  • La falta de apetito sexual se acompañará del desánimo y el desinterés por realizar actividades que anteriormente proporcionaban placer. 

Estrés crónico

¿Cuáles son sus causas?

Son múltiples las causas del estrés crónico. Básicamente se puede asumir que cada persona es vulnerable a determinadas situaciones, a las cuales siempre va a reaccionar negativamente. Además, es importante recordar que en este caso se trata de un estrés que se mantiene durante meses e incluso años. Lamentablemente, cuando no se trata a tiempo y no se implementa una solución adecuada, los síntomas empeoran progresivamente. 

La ansiedad patológica es una consecuencia directa, se convierte en un trastorno que afectará al organismo de forma permanente. Por ejemplo, el paciente enfrentará el padecimiento de la hipertensión arterial, eczema, diabetes, obesidad, disfunción sexual e inclusive el debilitamiento del sistema inmune. 

Se observa que la mayoría de los casos el evento o factor estresante se repite una y otra vez. Es decir, el paciente interactúa con este estímulo de forma permanente, sin que se establezcan límites entre uno y otro. Por lo tanto, nunca descansa y siempre se mantiene en un estado de alerta. Esta constante condiciona la vida del paciente, de manera que siempre vive con la sensación de miedo, vulnerabilidad e incapacidad para protegerse. 

Consejos y/o hábitos para reducir el crónico

Debido a que es una condición que no puede prevenirse, integrar en nuestra vida personal prácticas saludables tendrá un efecto positivo a nivel psicológico y físico. Siempre es bueno que las personas aprendan a desarrollar una actitud positiva, afrontar las circunstancias difíciles e inevitables con esta mentalidad es lo ideal. Asimismo, una buena alimentación y el ejercicio físico son primordiales, también el contacto social y con la naturaleza. 

Las personas que desde temprana edad aprenden a crear una mentalidad centrada en buscar y crear soluciones, son las menos propensas a desarrollar este tipo de estrés. Esto conlleva a que siempre en mente estén presentes pensamientos racionales, asimismo propiciar que haya un mejor control sobre las emociones y las conductas. 

Cuando se requiera de ayuda médica le importante es acudir a un profesional de la psicología que tenga experiencia en este tema. Se puede poner en práctica un tratamiento que puede ser la terapia cognitivo conductual o en cambio la administración de ciertos fármacos. Que se suele de implementar estas soluciones cuando los pacientes presentan dificultades para a gestionar las emociones y las sensaciones negativas asociadas a esta condición. 

Por ejemplo uno de los recursos más actuales y que proporciona resultados a corto plazo es el llamado Mindfulness. Podría considerarse que es una variante de la misma terapia cognitiva, pero en este caso está centrada en realizar modificaciones en los patrones de conducta autodestructivos. Los pacientes eventualmente aprenderán a adoptar respuestas de relajación que reducirán los niveles de estrés. 

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