Nos toca hablar acerca del dilema moral. Hay que tener en cuenta que es un tema que combina dos conceptos muy peculiares: la idea de dilema y la idea de moral. Hay que tener en cuenta que no es un asunto baladí, pues la simple noción de la moral hace muchos consideren que se anule la idea de dilema.
En dado caso, hemos querido ser bastante detallados en este texto que presentamos a nuestros lectores. Primero, vamos a elucubrar sobre el concepto del dilema moral. Luego, vamos a hacer una breve exposición de los diversos tipos de dilemas morales. A lo largo del texto, queremos dejar suficiente información para sacar conclusiones sobre esta temática.
Concepto del dilema moral
El dilema moral deriva de una circunstancia particular en la que cualquier opción escogida para soslayar un mal produce otros daños. Es un dilema porque implica una disyuntiva que se traduce en la violación de una o más normas morales. Las dos alternativas son malas, no deseables o incorrectas.
Justamente este es el problema del dilema moral. La solución que se tome siempre parece ser negativa y en contra de ciertos preceptos. Por ende, a primera vista parece que la solución es dirigir el mal menor. Empero, esto no siempre sucede. En última instancia, termina siendo una decisión muy personal y quién debe resolver este dilema.
¿Es importante el estudio de estos dilemas? Para ser honestos, han sido un tema de interés desde hace siglos. Por ejemplo, en la filosofía se presentan de manera reiterada. Y por no decir la disciplina donde ocurre esta problemática con mayor ahínco: el derecho.
¿Qué pasa cuando una decisión jurídica termina quebrantando alguna ley? ¿Qué pasa cuando una persona debe tomar una decisión que está en contra de las leyes? Sin embargo, esta toma de decisión no se hace por mala voluntad, sino por la necesidad de tomar una decisión en una circunstancia extrema.
Es así como el dilema ético se ha convertido en una herramienta para juzgar determinadas acciones. Por ejemplo: ¿se justificaba el lanzamiento de la bomba atómica en Japón durante la segunda guerra mundial? Los norteamericanos aducen que una invasión terrestre a territorio japonés implicaba la pérdida de muchas vidas.
No obstante, el nivel de destrucción de las explosiones nucleare… no parece justificar lo antes indicado. Igualmente, muchos experimentos científicos se han llevado con dilemas éticos. Tal es el caso de experimentos directos con seres humanos, que han permitido encontrar vacunas contra muchas enfermedades. Pero ponen en riesgo la salud de ciertas personas.
Tipos y características de los dilemas morales
De acuerdo al psicólogo estadounidense Joshua Greene, existen, en principio, dos tipos de dilemas morales, los cuales son los que indicamos a continuación:
●Dilemas morales personales
Sucede en las situaciones en las que se debe aceptar o no producir daño letal a la integridad física de una persona conocida o a una colectividad. Los ejemplos típicos de esta clase de dilemas son las situaciones trágicas, que implican escoger entre la vida de una persona cercana o la de varias. Es decir, implica la necesidad de elegir siempre ocasionando daños a determinada persona.
●Dilemas morales impersonales
Estos dilemas hacen referencia a las situaciones en las que habría que escoger entre producir la muerte de un individuo, pero sin intención o la de un grupo de personas.
Podría presentarse el caso de un conductor que debe escoger entre atropellar a un grupo de personas, que están en su camino, o desviarse y atropellar a una que no está al costado. Es decir, en este caso conductor debe tomar una decisión, pero con personas a las cuales no conoce.
Es importante indicar que esta clasificación de los valores es bastante somera. Por ello, se han planteado clasificaciones alternativas. A decir verdad, las categorizaciones son muchas. No obstante, en la siguiente sección de este texto hemos elegido las que consideramos más importantes.
Otra clasificación de los dilemas morales
Según Guillermo Lariguet [Dilemas y conflictos trágicos. Una investigación conceptual, Bogotá: Palestra-Temis, 2008, p.90], se distinguen tres tipos de dilemas morales. Cada uno de ellos los describimos de manera sucinta en los párrafos que elaboramos a continuación.
●Los dilemas de inconmensurabilidades
Esta clase de dilema implica que las dos opciones no son comparables. Puesto de manera esquemática, entre dos elegibles X y Z, ninguno es mejor o peor que el otro, pero tampoco tienen el mismo valor.
Un ejemplo de la imposibilidad de que las opciones puedan ser medidas es el que se presenta cuando una persona desea dedicarse al estudio de la arquitectura contemporánea, pero además quiere ser misionero en la selva de la Amazonía. Ambas opciones no se les puede evaluar bajo los mismos criterios, por lo que parecerían no comparables. De aquí, la dificultad para decidir.
●Los dilemas de empates
En este tipo de dilema las dos alternativas son simétricas. Estos dilemas sí son comparables y evaluables; sin embargo, son paralelos. Por ello, ante dos alternativas prácticamente iguales, solo quedaría dejarlo al azar.
Son dilemas donde quien decide tiene poco chance de escoger, o le importa poco la alternativa resultante. Por ese motivo, no tiene ningún inconveniente en dejar al azar la decisión final.
●Los dilemas de sacrificios
Los dilemas morales más difíciles son los que implican dos elementos disruptivos fundamentales: por una parte, el abandono de “algo” involucra un sacrificio; y por otra, conduce a la denominada selección trágica. En suma, cualquiera de las dos alternativas es negativa; supone una tragedia y un sacrificio al mismo tiempo.
Por ejemplo, el dilema trágico que se le presentaría a un médico que debe decidir entre salvar la vida de un bebé o la de la madre, al momento de un parto complicado. Ninguna de las opciones es buena.
Dadas las características de los dilemas morales, cuyas opciones son difíciles de sopesar, el criterio que regularmente se usa para resolverlos es de escoger la alternativa menos mala.
Los dilemas morales verdaderos
Como dijimos al inicio de este texto, muchas veces se considera que no existen realmente estos dilemas. A decir verdad, puede llegar a ser tan subjetivo que por eso muchas veces han sido tachado en existente. Sin embargo, en tiempos recientes se habla de que existen dilemas morales auténticos y otros que no lo son.
En la discusión sobre la existencia o no de los dilemas morales, viene a colación el concepto de conflicto moral, entendido como la situación en la que un sujeto X se encuentra obligado moralmente a ejecutar A y seguir la obligación moral de ejecutar B.
Si el conflicto moral subyacente en el dilema moral es resuelto y no queda algún vestigio de remordimiento, culpa o arrepentimiento, se advierte que el conflicto moral que le tocó vivir al sujeto X era un “aparente” dilema moral, porque la dicotomía entre A y B eran supuestas.
Es cierto que el legítimo dilema moral se presenta como un caso extremo de conflicto moral. Los dilemas morales manifiestan la dificultad para el sujeto X de solucionar el conflicto debido a que los dos deberes morales son, mitad y mitad, poderosos. Cualquier decisión de X implicaría cargar con el peso moral.
¿Existen verdaderos dilemas de tipo éticos?
Por ejemplo, el filósofo griego Platón, en su texto República (libro I), recoge un dilema moral en el diálogo entre Céfalo y Sócrates. Un hombre sopesa si devolverle o no el arma a un amigo que antes le había pedido en préstamo, toda vez que su amigo enloqueció y podría suicidarse o afectar físicamente a los demás. Tiene el mandato moral de regresar el arma prestada y, al mismo tiempo, de resguardar la integridad física del amigo.
Partiendo del supuesto de que existan situaciones dilemáticas donde las dos exigencias no pueden anularse mutuamente, porque ambas son de igual jerarquía; es decir, son adoptadas como absolutos, se debe observar que necesariamente son “inconmensurables” y “simétricas”, según la tipología antes referida.
Las dos demandas o alternativas (A y B) son inconmensurables cuando no hay parámetro o criterio que permita medir cuál es más o menos valiosa o igual de importante. Es decir, no tenemos otra herramienta que nuestro propio criterio para tomar la decisión. No hay un parámetro con mensurable, algo objetivo que nos ayude a decidir.
Otras consideraciones acerca de los dilemas éticos
En la literatura es común hallar dilemas de este calibre, como el que describió Sartre. Uno de sus estudiantes no sabía qué hacer ante la disyuntiva de irse a la guerra (eran los tiempos de la Segunda Guerra Mundial) o permanecer con su madre, quien dependía absolutamente de él.
Su padre los había abandonado (y actuaba en el bando contrario) y su hermano mayor había caído en el frente de guerra. El joven quería vengar la muerte de su hermano; pero, su madre dependía de él y se encontraba emocionalmente afectada por la muerte de su hijo y la traición del padre.
El joven tenía dos opciones: irse a Inglaterra e ingresar en las fuerzas francesas libres o quedarse con la madre y apoyarla. La madre estaba entregada a su hijo y, de ocurrirle algo, caería en la consternación definitiva. Él estaba consciente de que su madre no podría superar su ausencia.
En consecuencia, el chico estaba frente a un dilema moral: quedarse con la madre y asegurar su vida o irse a la guerra y ayudar a la causa de liberación de los pueblos europeos de los nazis, a sabiendas de que podría perder la vida antes incluso de alistarse en el ejército francés.
El estudiante de Sartre dudaba entre dos dimensiones morales: la filiación personal, con todo lo que ello representa, o la filiación amplia (el compromiso y el deber) de eficacia indeterminada.
Más consideraciones acerca del tema de los dilemas éticos
Los dilemas de empates o simétricos se manifiestan en las situaciones en las que dos opciones revelan la misma envergadura y no existe forma de preferir una por encima de la otra. Además, las dos alternativas involucran dos demandas inconciliables.
De este tipo de dilemas la literatura también ha dejado contundentes ejemplos. Por ejemplo, en la novela de William Styron La decisión de Sophie (llevada al cine en 1982), una madre judía (Sophie), presa junto a sus dos hijos en un campo de concentración, debió decidir cuál de ellos sería asesinado en la cámara de gas. Un soldado nazi la obligó a decidir entre su hija menor o su hijo. Vista la situación desde el ángulo inverso, debió decidir cuál de sus dos hijos viviría.
El conflicto (trágico por su naturaleza) conlleva la discusión de que no hay criterio que permita concluir que un hijo tiene menos o más valor que el otro; en términos morales son de la misma cualidad.
Comparaciones entre diversos dilemas
Tanto el dilema del estudiante de Sartre como el de Sophie no tienen una solución “racional” porque no se puede enarbolar un criterio de abierta aceptación para jerarquizar las opciones. Es imposible, por ejemplo, afirmar que uno tiene mayor carga o valor moral.
Ahora bien, eso no significa que sea imposible decidir por una alternativa en detrimento de la otra. Siempre se habrá de producir una decisión, aunque la misma sea no actuar. La omisión también conlleva pérdida y culpa moral.
Racionalmente, no existe una solución para este tipo de dilemas. No obstante, tienen una solución, a secas. El hecho de que puedan tener una solución no implica que estos dilemas sean aparentes.
A manera de consideración final
En la práctica, si todo dilema debe ser solucionado es porque implica un conflicto legítimo. Otro tema -de naturaleza distinta- es que la solución sea poco o nada razonable o su catadura moral esté fuera de lo que significa idealmente una solución.
El espacio ideal de solución de un dilema moral solo sucede cuando éste no deja remordimientos, quiebres o penas morales, cosa que en la práctica pareciera no existir.