enero 13, 2025
complejo de castración

Complejo de Castración

Muy emparentado al complejo de Edipo, aparece en etapas tempranas. Muy concernido a la admisión de la identidad sexual y del rol en lo sexual. Como tal, este complejo fue puntualizado por Sigmund Freud (1856-1939). Se relaciona con que los hijos descubren la anatomía sexual de los padres y la comparan con la suya propia.

Concepto del complejo de Complejo de Castración

Se detecta en niños con edades entre los 3 y 5 años. A su vez, sucede que se patentiza tanto en hembras como en varones. En cada género, niño o niña, se bifurca en manifestaciones separadas. Por lo tanto, hay que tener en cuenta el sexo para lograr atender los casos problemáticos.

Básicamente, lo que sucede que es que los hijos descubren su propia anatomía sexual: los varones que tienen un pene, las hembras la ausencia del mismo. Tratando de entender la complexión de sus cuerpos, preguntas o espían a los padres. ¿De qué se percatan? En primera instancia, que el padre posee un falo y la madre no. Por eso se le llama complejo de castración: todo orbita en tener o no tener ese apéndice viril. No poseerlo da una sensación de ausencia, de castración, o bien de negación en caso de no aceptación del cuerpo propio.

Este complejo es algo normal. ¿Dónde está el problema? Resulta que se debe atender con ayuda psicológica cuando el niño o niña no logra resolver el impacto de descubrir las diferencias entre su anatomía y la de otras personas. 

Características del complejo de Castración

Un complejo que oscila entre lo masculino y lo femenino. Con rasgos y secuencias distintas en cada género, resulta forzoso describirlo en niñas y varones de manera separada. En tal sentido, se detallan las siguientes peculiaridades:

Complejo de castración en los niños

En el caso de los varones, este complejo se evidencia de manera clara en una cadena etapas. Cada una de ellas se describe a continuación:

  • Fase inicial: el niño se percata de que posee un pene. Por lo tanto, pasa a creer que todas las personas tienen ese mismo órgano.
  • Amenaza: el niño desea ocupar el sitial del progenitor. Lo hace mediante gestos y palpando su miembro. Es amonestado por ello. Surge entonces la noción de que, si el comportamiento penalizado se perpetúa, el castigo sería la pérdida del pene (castración).
  • La revelación de la ausencia: ahora el pequeño varón se da cuenta de que la anatomía de la mujer es distinta, ya que las féminas no poseen un falo. La noción inculcada es que una mujer es alguien “castrado”.
  • Angustia: ahora el niño se da cuenta de que su madre tampoco tiene pene. Una figura de poder sin falo es algo que le causa severas angustias. Se gesta así la idea de la castración: de que debe comportarse de manera acorde para no perder su miembro viril.
  • Resolución: aquí el niño renuncia a ocupar el rol del padre y se acoge a la ley paterna.  Es un proceso normal, pero que puede presentar problemas ocasionales.

Los varones deben adaptarse a una situación en la cual se comportan según su género. Se piensa que no actuar de esta manera lo puede empujar a perder su pene. Por ello este complejo se cataloga como “de castración”.

complejo de castración

Complejo de castración en las niñas

En las hembras esta circunstancia es diferente. Curiosamente, la niña tiende a creer que todos tienen penen también. Sin embargo, ese miembro es diferente en hombres y mujeres. A continuación, pormenorizamos el comportamiento femenino ante el complejo de castración:

  • Primera noción: la niña juzga el pene como algo universal en la anatomía. Su opinión es que el propio clítoris es un falo, aunque de rasgos muy peculiares.
  • Se revela la diferencia: la pequeña ve que su clítoris es muy pequeño para ser un pene. Se imagina entonces que ha sido castrada, teniendo un sentimiento de incomodidad por esta situación.
  • La relación con la madre: la niña se da cuenta de que la madre tampoco tiene pene. Culpa a su progenitora de esta situación, por lo que considera que ella ha heredado la ausencia de pene por vía materna.

El desenlace del complejo de castración en las niñas se abre en un abanico de tres opciones. La primera es que la aceptación de no poseer pene la distancie de lo sexual. Una segunda alternativa es que crezca con la intención de poseer un pene, mediante contacto erótico con alguien de otro sexo. Por último, la negación de la pérdida del pene y la acepción de conductas masculinas (lesbianismo).

Ejemplos prácticos del complejo de castración

Ocurre que este complejo es un problema cuando trasciende la vida adulta. Cuando esto sucede, requiere de atención especializada. Veamos algunos casos a continuación:

  • Cuando el varón se vuelve demasiado sumiso ante el padre, temiendo inconscientemente ser castrado y perder su condición viril.
  • La mujer padece de envidia del pene. Constantemente desea haber nacido con el sexo contrario. Por ser mujer se siente inferior y ello golpea su autoestima.
  • Las féminas que dependen mucho de una figura masculina pueden dar síntomas de este complejo. Ante el hecho de no poseer un falo, parecen requerir de alguien que supla esta ausencia.
  • El complejo de castración repercute en la autoestima. Debe superarse, incluso es una etapa necesaria para descubrir la propia sexualidad.
  • Un niño que empieza a padecerlo tiene mucho interés en su parte genital.
  • Una niña que pasa por esta etapa puede evidenciar rechazo hacia la madre. 
  • Suele suceder en familias donde hay un padre dominante y que manifiesta abiertamente su poder. Por eso, se cree que el pene es símbolo de fuerza.

Vale decirse que las mellas psicológicas de este complejo pueden ser fuertes. Por eso, es necesario saber atender este problema. 

¿Cómo identificar el complejo de Castración? 

Con presentar al menos tres de los ítems antes mencionados, ya se puede inferir un complejo de castración. Además, muchas sensaciones de inseguridad sexual están vinculadas a este complejo. Lo importante es evaluar la manera de tratarlo. 

complejo de castración

¿Cómo curar el complejo de castración?

Se necesita de ayuda profesional, sobre todo apuntalado en la conducta. Es necesario que la persona cambie hábitos de conducta, ya que esto es lo que más afecta el complejo de castración.

Una de las maneras es lograr que la persona afectada entienda su sexualidad. La mujer debe dejar de sentirse afectada por la ausencia de pene. Asimismo, el niño debe estar seguro de sí mismo, ya que de esa manera dejará de tener miedo a estar castrado.

Hay que tener en cuenta que este complejo tiene que ver con relaciones de poder. También, con la sensación de ausencia o de temor a perder. ¡Y lo que está en juego es la noción del falo! Por ende, es necesario tratar al paciente para que suceda lo siguiente: que se deje de tener miedo a perder o a la ausencia de aquello que representa el pene.

Justamente, es necesario desmitificar la idea cultural del falo. Solo de esa manera las personas entenderían que este miembro viril es relativo, es un símbolo construido. Entendiendo eso, se puede dar un paso importante en la superación de la castración como complejo. 

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