Usualmente las relaciones que se generan dentro de los miembros de una familia presentan un cierto nivel de complejidad. Tanto los hijos así como también los progenitores desarrollan relaciones afectivas que poseen características únicas, de esta manera la interrelación entre ellos tendrá altibajos en distintas etapas.
En las familias donde hay un hijo único suele existir la curiosidad por imaginar cómo sería este entorno con la llegada de un nuevo miembro. Con la llegada de un nuevo hermano se suscitan situaciones que anteriormente no habían sido experimentadas como los celos.
La competencia por captar la atención de mamá y papá es uno de los múltiples conflictos que comienzan a suceder entre los hermanos. Cuando uno de los hijos muestra comportamientos específicos que señalan su inconformidad o incomodidad se le llama complejo de Caín. A continuación se procede a analizar las características, Causas y consecuencias de este tipo de complejo.
¿Qué es el complejo de Caín?
El complejo de Caín es básicamente un estado emocional caracterizado por la competencia o rivalidad entre hermanos. Es decir, por distintas causas puede surgir la conflictividad entre estas personas que les une una conexión fraternal, con la llegada de un segundo hijo a una familia hay un cambio en la estructura familiar que tendrá un gran impacto tanto positivo como negativo.
Ambos progenitores comenzarán a mostrar mayor atención y protección al nuevo miembro por ser el más pequeño, en consecuencia el hermano mayor se sentirá desplazado, ignorado o rechazado. Los niños de corta edad comprenden que ciertos privilegios de los cuales habían disfrutado hasta ese momento ahora han sido otorgados al nuevo miembro. Es así como inicia este complejo cual puede desarrollarse y evolucionar desde la infancia hasta la adolescencia o inicios de la etapa adulta.
La principal característica de este complejo son los celos desmedidos enfocados en el hermano con el cual se si ante rivalidad o competencia. Usualmente se hace mención de los hermanos mayores que se enfrentan a sus hermanos menores, sin embargo esta no es una regla fija por lo cual es un complejo que puede desarrollarse en cualquiera de los involucrados independientemente de su edad.
Este es un problema que estadísticamente ha sido prioritariamente observado en individuos en edades comprendidas entre los 3 hasta los 6 años. Ello se debe a que la mayoría de las familias se encuentran en una etapa reproductiva en la cual de forma consecutiva procrean sus hijos. Esto significa que lo más habitual es que los hermanos con respecto a sus edades tengan pocos años de diferencia.
El complejo de Caín siempre se asocia con la etapa infantil, pero tampoco se debe descartar la posibilidad de que pueda ser desarrollado durante la pubertad o la adolescencia. En estos casos la conflictividad entre hermanos puede surgir a partir de temas tales como el rendimiento académico, intereses compartidos con los progenitores, talentos o incluso capacidades como la inteligencia.
Cualquiera de estas situaciones puede marcar el inicio de una situación tensa, en donde existe la necesidad de demostrar ser el mejor hermano y estar en una posición privilegiada con los otros miembros de la familia.
La selección de este nombre proviene de la historia bíblica incluida en el libro de Génesis. Cuenta una historia cuyos protagonistas son los hijos de Adán y Eva, dos hermanos llamados Caín y Abel. El primero era el hijo mayor quien mata por celos a su hermano menor después de haber realizado una ofrenda a Dios, cuando éste muestra mayor agrado por la ofrenda recibida por Abel.
Características y ejemplos prácticos
Las características que muestra este complejo pueden ser fácilmente observadas en el comportamiento. Los niños cambiarán drásticamente sus actitudes habituales por otras que tienen una naturaleza más negativa o agresiva con respecto a sus hermanos. Los padres notarán que en un determinado periodo de tiempo la interacción entre sus hijos se torna más conflictiva, difícilmente podrán pasar tiempo juntos o compartir intereses mutuos.
Es importante resaltar que en el caso de los hermanos mayores entrarán en una etapa de regresión. Esto significa que en sus mentes volverán a una etapa evolutiva anterior en la cual no estaba la presencia del hermano menor, este periodo de tiempo se asocia con sensaciones más positivas y además recibía mayor atención por parte de los progenitores. El contraste existente entre esta etapa con la actual generará emociones y sensaciones negativas.
Suelen suscitarse distintos tipos de agresiones tanto verbales como físicas. En el primer caso los hermanos comenzarán a insultarse por medio de comentarios hirientes, incluso pueden hacer uso de mentiras o chismes que ayuden a desacreditar al otro hermano. Las agresiones físicas pueden ser de cualquier índole, los golpes son de distintos niveles de gravedad y podrían dejar secuelas físicas permanentes.
En los casos más graves la conflictividad puede incluir también a los padres, los hijos que han desarrollado este complejo podrían llegar a agredir a sus progenitores. Estos mismos individuos se mostrarán más sensibles emocionalmente, serán frecuentes los llantos y las rabietas Por no lograr conseguir lo que ellos quieren. Su actitud se mostrará con inquietud e intranquilidad.
Finalmente es necesario mencionar las fijaciones, estas son señales de que el individuo no ha continuado con su etapa evolutiva lo cual indica que no ha habido un avance. Se observa que aún hay cualidades infantiles que no han sido superadas como negarse a comer o a dormir, hacerse pipí en la cama o no seguir instrucciones.
¿Cuáles son sus causas?
Son distintas las causas por las cuales se puede generar el desarrollo de este complejo. Lo más usual es observar celos ante la llegada de un nuevo miembro a la familia, se deja de recibir las mismas atenciones y se tiene que compartir los padres con otra persona. Los celos son lógicos en situaciones de este tipo, sin embargo se combina con la envidia a grados extremos que incluso se siente la necesidad de ocasionar daño o establecer límites.
Algunos niños pueden ser más sensibles emocionalmente que otros, esto los convierte en individuos más propensos a desarrollar este tipo de complejos. Ante cualquier señal de pérdida de privilegios o atenciones provenientes de los padres, estos reaccionarán negativamente ante estos cambios.
También los padres pueden ser responsables debido a que de forma consciente o inconsciente manifiestan sentir preferencia por alguno de sus hijos. Este es un comportamiento totalmente negativo que no debe ser puesto en práctica. En algunos casos toda la responsabilidad recae en los progenitores porque han sido ellos quienes han propiciado el inicio de la conflictividad entre los hermanos.
¿Cómo se identifica y cómo se supera?
Algunos psicólogos consideran que es normal que los niños desarrollen durante un breve período de tiempo este complejo. Es por ello que no se le brinda mayor importancia reconociendo que en la mayoría de los casos se logra superar. Sin embargo, también hay que reconocer que la intervención profesional médica en algunos casos puede ser necesaria.
Considerando que la estructura y la dinámica familiar cambia con la llegada de un nuevo integrante, las relaciones entre los miembros de una familia cambian completamente. Usualmente cuando esto sucede los miembros más pequeños son los que enfrentan mayores dificultades para entender estas variaciones. La pérdida de espacio y de privilegios es una de las principales causas por las cuales se desarrolla este complejo.
De igual forma sentimientos como los celos y la necesidad de aceptación son normales en todas las personas. El problema surge cuando esto es están asociados directamente a la imposibilidad de adaptarse a los cambios suscitados en la dinámica familiar. Los niños suelen no ser capaces de gestionar los celos de una forma efectiva, esto significa que son más propensos a adoptar comportamientos negativos que deben ser corregidos.
A continuación se describen algunos consejos, técnicas y tratamientos que se utilizan para superar lograr superar esta etapa. Son aplicables en la mayoría de los casos, sin embargo antes de ponerlos en práctica deben ser estudiados. Son los siguientes:
- El niño deberá ser preparado ante la eventual llegada de un nuevo miembro. Los progenitores deben encargarse de explicarles cuál es la situación desde un principio. Igualmente sirve brindar información relacionada a como los bebés no pueden valerse de sí mismos y porque esta es una razón por la cual requerirán de mayor atención.
- Desde un principio los padres deben de propiciar en sus hijos la puesta en práctica de comportamientos positivos como compartir, ayudar, respetar e incluso la empatía. De esta manera se logra mayores posibilidades en la generación de una relación fraternal más llevadera.
- La familia deberá planificar tiempo compartido en donde hay mayor importancia en que los hermanos compartan entre sí. Los momentos dedicados a jugar son el punto de inicio de una relación basada en el amor.
- Es importante evitar que los padres comiencen a demandar más responsabilidades en sus hijos mayores. Es decir, no se puede obligar a los niños a que de forma forzada desarrollen cualidades más maduras, cada persona tiene un ritmo diferente para aprender.
- Se debe evitar el uso de los castigos cuando se observa situaciones basadas en los celos. Cuando se ha identificado esta emoción se debe gestionar de una forma distinta, los progenitores deben dialogar con sus hijos y tratar de ayudarles a sentirse mejor consigo mismos.
- Los progenitores nueve en demostrar la misma atención y respeto por todos sus hijos. De igual forma es importante respetar las rutinas e intereses que muestran cada uno de ellos. Evitar mostrar preferencia o mayor orgullo por alguno de ellos es clave para evitar la generación de conflictos.
- Los padres no deben obligar a los hermanos mayores a hacerse cargo de responsabilidades como vigilar o cuidar a los hermanos menores. Se puede incentivar la participación o la ayuda pero debe ser de forma voluntaria.
- Nunca se deben realizar comparaciones entre los hermanos. Hacer mención de determinadas cualidades o capacidades haciendo mención que unas son mejores que otras es un comportamiento muy negativo.
Esta es una condición que puede requerir de terapia psicológica en los casos más graves. Debido a que continuamente surgen conflictos familiares a causa de los celos o la envidia, constantemente entre los hermanos existirá una pensión basada en tratar de perjudicar al otro. Esto puede extenderse hasta etapa adulta si no se trata a tiempo, pero lo más importante es que el hijo afectado podría no lograr sentirse bien consigo mismo como consecuencia.