Es una cualidad muy valorada en la psicología reciente. De hecho, se motiva a las personas para que sean en verdad asertivas. Para ello, hay que entender que asertividad consiste en conocer los propios derechos y hacerlos valer.
Igualmente, hay que tener en claro: se entiende por asertivo un comportamiento comunicacional; en el cual no se agrede, pero tampoco se permite la ofensa. Es una suerte de punto medio, la correcta balanza para lograr una comunicación destinada a lograr objetivos. Por eso, se le considera tan importante en el mundo actual.
Asimismo, se le ha considerado una manera de comunicación congruente. No se sale de su objetivo ni resbala en las trampas de la subjetividad o el doble sentido. Su intención es expresarse, pero sin herir o causar demérito.
Los requisitos para lograr asertividad
Para ser francos, no todas las personas logran ser asertivas. De hecho, uno de los problemas es que muy pocos logran serlo. Y es que la condición de asertividad amerita de varios requisitos, entre los que podemos mencionar:
- Tener mucha autoconfianza. Las personas asertivas saben muy bien lo que quieren, no se desvían de sus objetivos, no dicen nada que opaque sus intenciones.
- Saber decir que no. Las personas que son saber decir no son inseguras. Sienten que negarse a algo equivale a perder una relación, una oportunidad, o caer en rechazo social.
- La comunicación asertiva es simple y directa. Va directo al grano. No anda con rodeos o añadidos que enturbian las circunstancias o las contaminan de un viso de subjetividad.
- Expresarse con el yo. Darse importante. Por ejemplo, ante un trato injusto no decir: “eres desconsiderado, no me estás pagando lo que debes”. Lo mejor es algo así: “he hecho mi trabajo y el dinero que merezco es más. No acepto un pago menor, lo lamento”.
- No disculparse por emitir una queja, un deseo o una opinión.
- Lo asertivo es una expresión siempre calmada. Sé asertivo implica hablar con mesura, siempre teniendo en cuenta cada frase que se dice. Jamás ser explosivo, insultar, ni tampoco quedarse callado, llorar, o en rol de víctima.
- La asertividad es contextual. Implica elegir qué discusiones se mantienen. Una persona asertiva no mantiene pleitos verbales todo el tiempo ni por cualquier asunto: solo lo hace en cosas que en verdad son importantes.
¿Qué se deduce de todo lo anterior? Pues, los psicólogos se han percatado que la condición de asertividad tiene mucho que ver con la personalidad. Además, con rasgos sanos del carácter. Por eso, desarrollar asertividad implica tener cualidades muy positivas.
Las bondades de la asertividad
Si repasamos lo antes mencionado, no cabe duda que la asertividad redunda en buena cantidad de beneficios. ¿Cuáles son esos beneficios? Para dejarlos en claro, los presentamos en la siguiente lista a nuestros lectores:
- Las personas con asertividad padecen de menos estrés. No se comprometen en cosas que no pueden cumplir o no son convenientes.
- Se trata de personas muy seguras, con una buena autoestima.
- Conlleva a entender que ningún factor externo puede incidir en nuestras vidas; ya que tenemos mayor control de nuestra existencia.
- Aumenta la capacidad de negociación y de llegar a acuerdos. Esta es una herramienta para gran cantidad de situaciones en la vida.
Se pueden agregar otras ventajas, pero las anteriores son las más importantes. No obstante, cabe una duda: ¿por qué cuesta tanto ser asertivo? Sobre este interrogante, damos algunas respuestas en la siguiente sección de este post.
¿Por qué cuesta desarrollar la asertividad?
Los psicólogos se han paseado varias veces por esta pregunta. Lo cierto es que suelen mencionar cuatro causas por las cuales es complicado desarrollar y expresar esta cualidad. ¿Cuáles son? Pues, las detallamos a continuación:
- Suele pasar que mucha gente simplemente no aprende a ser asertiva. Desde la infancia, no se le ha entrenado para ello. Es decir, no recibe una educación― o ha crecido en un medio― donde se maneja bien la comunicación asertiva. En consecuencia, se expresa mal: bien sea cediendo, permitiendo abusos, o bien siendo agresiva y ofensiva. En este punto hay que entender que no es innata, sino que se aprende.
- Otra causa tiene que ver con la personalidad. Muchas veces, se sabe cómo actuar; sin embargo, no se actúa de manera correcta por ansiedad o timidez.
- También, hay problemas cuando la persona desconoce sus derechos.
- Finalmente, se presentan patrones errados de pensamiento: ideas infundadas, conocimientos falsos y otras causas que impiden actuar de manera asertiva.
Teniendo en claro las causas de falta de asertividad, los psicólogos actúan para que las personas puedan desarrollarla. No obstante, se recomienda que la misma se inculque desde la niñez.
¿Se puede entrenar la asertividad?
Por supuesto que sí. Ya hemos dicho que no es innata, sino que se aprende. Hay diversas maneras de inculcarla y practicarla. Algunos consejos son los siguientes:
- Expresar los sentimientos, tanto positivos como negativos. Al hacerlo, no desconsiderar a los demás. Tampoco, ponerse en condición de inferioridad.
- Entrenar el lenguaje corporal: un balance entre lo pasivo y lo agresivo.
- Discriminar lo personal: cuando algo se hace de manera personal y subjetiva, se empaña. No permitir que este factor enturbie una comunicación.
- Diferenciar la conducta del interlocutor: no es igual alguien asertivo, que una persona que actúa con doble sentido o ventaja.
- Tratar de socializar constantemente. Las personas que no tienen contacto constante, que dialogan o negocian poco, carecen del entrenamiento para ganar la habilidad de la asertividad.
- No permitir ofensas por parte del interlocutor.
- No ofender al interlocutor.
- Aprender muy bien cuáles son los derechos personales. No se puede defender aquello que no se conoce. Así que considerar los derechos bajo esta circunstancia.
Resta decir que todos podemos, y debemos, ser asertivos. Quizás, una educación errada nos impide lograrlo. Pero con algo de voluntad y autoestima es factible lograrlo.
A manera de conclusión
Es un desarrollo de la personalidad. Además, es una cualidad con muchos beneficios. Por ende, desarrollarla es una virtud. No se debe descuidar y forma parte de la educación de la personalidad.
Por lo antes dicho, en el mundo de la psicología se ha procurado estudiarla. Varias de los aspectos presentados en este texto derivan de análisis psicológicos, los cuales muestran una luz sobre este concepto.