Las fobias son algunos de los padecimientos mentales más comunes en la actualidad. Porcentualmente al menos el 60% de la población mundial afirma poseer algún tipo de fobia, algunas son consideradas como más extrañas que otras. Pero en común presentan la característica de manifestar temor ante un estímulo en particular, las reacciones que se tienen ante el mismo son exageradas e imposibles de controlar.
Una de las reacciones más comunes es la ansiedad, también se generan otros tipos de manifestaciones físicas como el aumento del ritmo cardíaco y también aumentó en la segregación de la sudoración. Resulta complejo comprender los cambios físicos y psicológicos que experimenta una persona que posee una fobia en particular.
Porcentualmente en las estadísticas realizadas a nivel mundial una de las fobias más comunes es la agorafobia. Es clasificada como un tipo de trastorno de ansiedad y habitualmente se presenta más en mujeres que en hombres. En cuanto a la edad parece no mostrar limitaciones, aunque las personas más propensas para desarrollar la agorafobia se encuentran en una edad promedio de los 35 años.
Este tipo de fobia al limita las personas a que puedan asistir a espacios o lugares públicos. Esto significa que les genera a temor y ansiedad encontrarse en cualquier establecimiento como un supermercado, incluso asistir a un aula de clases o utilizar el transporte público. Usualmente estas personas experimentan una crisis de angustia cuando se encuentran en situaciones como las anteriormente mencionadas.
¿Qué es la agorafobia?
La agorafobia es definida como una de las tipologías más comunes de fobias, se ha comprobado que al menos un 15% de la población mundial presenta síntomas propios de esta condición. Se identifica por manifestar miedo a lugares públicos o a espacios abiertos, los pacientes sienten ansiedad y angustia porque creen que no podrán conseguir una salida o permanecer seguros.
Es normal que las personas agorafobicas eviten lugares públicos llenos de una gran cantidad de gente. La primera reacción es tratar de evitar o escapar de las multitudes, esto deriva en un trastorno de pánico en donde se sufre un ataque de ansiedad en público. Sin embargo, las reacciones pueden variar de una persona a otra considerando hasta qué punto han desarrollado esta condición.
Es usual que no se utilice ningún tipo de transporte público, además realizar compras en tiendas o supermercados es algo que usualmente es designado a otra persona de confianza. De igual forma suelen evitar lugares tan comunes como los restaurantes, partes o simplemente caminar por la vía pública. Todos estos espacios en donde transcurre la vida diaria de las personas son usualmente visitados por una gran cantidad de gente.
Estas personas suelen describir sentirse atrapados en una situación específica que les incomoda. Puede ser descrito también como una “trampa” o una situación que representa ser un “eminente peligro”. En consecuencia, comienzan a pensar que no podrán escapar de dicha situación y necesitan ayuda lo más rápido posible. Por ello, es común que solicitan la compañía de un amigo o pariente de confianza.
¿Cuáles son los síntomas y características de la agorafobia?
El diagnóstico de esta fobia generalmente se realiza después de comprobar que el paciente manifiesta ansiedad y evitación. Estos síntomas generan un mismo patrón que se mantiene por un largo periodo de tiempo. De igual forma, se comprueba que presenta dificultades para utilizar el transporte público y evita estar espacios abiertos o lugares públicos. Situaciones como estar en medio de una multitud o realizar una comprar en una tienda representan importantes retos para las personas con agorafobia.
Generalmente prefieren permanecer en casa o lugares que les resulten cómodos, pueden ser descritos como refugios. Uno de los principales síntomas es mostrar extrema preocupación ante la posibilidad de no recibir ayuda O quedar incapacitados. Es decir, creen que será difícil poder encontrar una salida o garantizar su propia seguridad al encontrarse en lugares que presentan estas características.
Otra característica resaltante de esta condición es que altera el comportamiento notablemente. Esto significa que es fácil notar que estas personas comienzan a evitar ser parte de estas situaciones, podrían realizar cualquier acción que les permita escapar de las mismas. De igual forma tratarán de conseguir la compañía y la ayuda necesaria para poder enfrentarlas en caso de no encontrar cómo evadirlas.
Habitualmente prefieren salir en compañía de una persona de confianza, bajo ninguna circunstancia elegirán permanecer en un lugar público a solas. Se podría afirmar que todos los síntomas que manifiestan son desproporcionados con respecto a la presencia de algún tipo de peligro real. Pueden manifestar cambios en su ritmo cardíaco, aumento de la presión sanguínea, aumento en la sudoración y ansiedad.
Lamentablemente los síntomas provocan consecuencias significativas en la vida de la persona afectada. Estos perjudican notablemente cómo es su funcionamiento normal, representan ser una limitación tanto física como psicológica. Los síntomas relacionados con el estado mental en ocasiones también se relacionan a la fobia social.
¿Cuáles son sus causas?
Hasta ahora se manejan distintas teorías de las posibles causas de la agorafobia. Una de ellas propone la posibilidad de que en el cerebro de algunas personas se comience a manifestar reacciones estimuladas a partir de miedos específicos. Es decir, algunos individuos podrían ser más propensos a sentirse impactados o vulnerables a ciertas situaciones.
También existe la posibilidad de que exista propensión a causa de factores genéticos, en este caso algún miembro de la familia que ya haya desarrollado esta condición puede ser un factor de riesgo para otros. También es importante hacer mención de algunas personas que ya sufren del trastorno de pánico, también conocido como desorden de ansiedad. Otras condiciones similares suelen asociarse con el desarrollo de la agorafobia.
De acuerdo a lo establecido en distintos manuales de diagnóstico, estadísticamente los trastornos de pánico y la agorafobia tienen correlación. Es usual que los síntomas de ambos casos harán que sea más difícil realizar un diagnóstico más preciso.
Una de las posibles causas puede deberse a experiencias previas que resultaron ser negativas. Estas situaciones específicas que pueden ser haber sobrevivido a un accidente en la vía pública o algún tipo de abuso, en cualquiera de estos casos las personas con personalidades ansiosas y nerviosas tienen mayor probabilidad de desarrollar la agorafobia.
¿Cuál es su tratamiento?
Las terapias usualmente empleadas en personas que han sido diagnosticadas con agorafobia suelen basarse en la administración de antidepresivos, estos se conocen por ser inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Esto significa que se ha podido identificar un patrón fluctuante en el comportamiento y en el pensamiento de estas personas por lo cual se debe aplicar un tratamiento específico para cada caso.
En algunos casos se desarrolla un método de terapia el cual consiste en la exposición directa a la situación que genera dicho miedo. Esto sin embargo no puede ser utilizado en todos los casos, se pueden conseguir la desaparición de esta condición dependiendo de cómo se planifique la exposición.
En el caso de aquellas personas que consideren que los síntomas de la agorafobia no les representan limitaciones o molestias en su vida diaria, para estos casos se realizan terapias en consultas donde se realiza una entrevista entre el psicólogo y el paciente. Es posible que identificar oportunamente el origen del desarrollo de esta condición pueda ayudar al paciente.
Cuando los síntomas de la agorafobia impiden la realización de actividades cotidianas como utilizar el transporte público o ser partícipe de eventos en multitudes, en ambos casos es normal padecer de ansiedad. Es muy probable que a largo plazo estas personas restrinjan permanentemente y de forma significativa integrar estas situaciones en su vida. En los casos más graves es probable que los tratamientos aumenten la ansiedad, a menudo se les enseña técnicas de relajación.
En cuanto a la terapia de exposición está sigue siendo una de las más empleadas, ello se debe a que estadísticamente en el 90% de los casos proporciona resultados positivos. En cuanto a la terapia cognitivo-conductual resulta ser muy útil porque los pacientes aprenderán a reconocer cuando están pasando por un episodio en donde la realidad ha sido distorsionada. Comprenden cómo es mejor manejar esta situación y modificar su comportamiento.