Uno de los tipos de acoso más comunes es el de índole sexual. Quienes lo sufren deberán tolerar una conducta no deseada del tipo sexual, puede ocurrir en cualquier espacio en donde coincidan tanto el acosador como la víctima. Para ello. quien ejerce el hostigamiento y persecución tratará de intimidar, humillar y ofender con tal de lograr su objetivo.
Este es uno de los problemas sociales más comunes que no discrimina edad o género, tampoco hay límites en cuanto a la condición social o económica de los involucrados. Sin embargo, en los últimos años ha habido un aumento de los casos en los cuales las mujeres en edades comprendidas entre los 15 hasta 40 años son acosadas.
Desde el punto de vista de las leyes, se considera que el acoso sexual es un tipo de violencia y de violación de los derechos fundamentales. Es un problema no sólo de salud sino también de seguridad pública, por ello se han establecido una serie de normas que tratan de regular las acciones que deberán ser implementadas en estos casos.
Básicamente el acoso sexual consiste en mostrar un comportamiento que es ofensivo y desagradable, debido a su connotación sexual. Para ello el victimario tratará de hacer insinuaciones y contactos físicos no deseados, se puede recurrir a la utilización de recursos tales como la pornografía. Las exigencias y amenazas vulneran la seguridad de quien lo sufre, por ello resulta difícil realizar denuncias.
Las víctimas temen sufrir un trato discriminatorio, podría suponer afectar de forma permanente su reputación. También podría implicar el despido del puesto laboral o comenzar a sufrir problemas dentro del hogar. La reiteración de la persecución y el hostigamiento repercute negativamente en la salud mental, también tendrá efectos permanentes sobre la salud física principalmente debido a los golpes y vejaciones.
¿Qué es el acoso sexual?
La definición de acoso sexual describe a un tipo de violencia que se expresa no sólo de forma física, también se toma en cuenta conductas y acciones que vulneran la estabilidad psicológica. La finalidad del acoso es la de lograr cumplir necesidades sexuales del agresor.
Para lograr su cometido, comienza a realizar acciones que ocasionan efectos negativos en la seguridad personal de la víctima. Entonces el acosador seleccionará a un objetivo directo o indirecto, tratará de ejercer el poder y control para intimidar y humillar. Se trata del establecimiento de una posición de superioridad con respecto a la persona agredida, comenzará a ser hostigada constantemente hasta que finalmente sea obligada a realizar actos sexuales en contra de su voluntad.
Este tipo de acoso puede darse en distintas circunstancias y no hay límites con respecto a quién podría ser la víctima. Estadísticamente se han registrado casos de acoso sexual dentro del ambiente tanto familiar como también académico y laboral. En todos los casos se puede identificar que el agresor mantiene una relación directa y una posición jerárquica mayor que le beneficia para poder cumplir con sus deseos sexuales.
¿Cómo se identifica un caso de acoso sexual?
Para identificar los casos de acoso sexual se tiene que considerar que suelen pasar desapercibidos ante la mirada pública. Los acosadores suelen hostigar a las víctimas sin que haya la presencia de terceros, por eso estadísticamente hay pocos casos en donde haya testigos. Los agresores mantienen los mismos patrones de violencia porque comprenden que estas acciones hacen que se vulnere la estabilidad psicológica.
Este aspecto facilita que las víctimas sientan temor ante la posibilidad de denunciar esta situación, también se puede desarrollar sentimientos de culpabilidad ante la posibilidad de ser responsables de estos hechos. Los agresores saben cómo manipular e influenciar a sus víctimas para que piensen negativamente de sí mismas.
El acoso sexual se desarrolla mediante conductas tanto físicas como verbales, son comportamientos fundamentados en el sexo. La finalidad es la de vulnerar la dignidad y seguridad de quien padece de estas ofensas. Para lograr identificarlo adecuadamente se debe diferenciar estas ciertas acciones concretas de otras. Hay una gran cantidad de conductas que pueden incluirse en el conjunto de actuaciones propias del acoso sexual.
Usualmente inicia mediante la realización de comentarios con contenido sexual, pueden referirse al cuerpo o vestimenta de una persona. Estos pueden hacerse verbalmente o también utilizando recursos como las redes sociales. El siguiente paso consiste en lograr acercamiento físico, para ello se deja de respetar el espacio personal.
Incluso algunos atacantes podrían recurrir al hurto o apropiación de objetos de uso personal como pueden ser prendas de ropa. Ocasionalmente el agresor hará acto de presencia en espacios en los cuales es usual que la víctima realice sus actividades cotidianas. En los casos más graves, las víctimas son acosadas dentro de sus hogares, también en donde laboran o cumplen sus jornadas académicas.
Estos hechos eventualmente se desarrollan dentro de un ámbito privado, el atacante logra ocultar sus pasos ante la mirada de terceros. Pero finalmente todas las personas relacionadas con el círculo social de los involucrados y otros individuos del entorno, comenzarán a darse cuenta de la situación. Estos comportamientos dejarán en evidencia los abusos que está sufriendo la víctima.
Quienes sufren de acoso siguen siendo quienes deciden si finalmente se tomarán acciones, denunciar al acosador resultar ser un complejo proceso. Contar con evidencias y también con testigos, son ambos factores determinantes al momento de realizar una denuncia formal.
¿Cuáles son sus límites y consecuencias?
Considerando que no todos los tipos de acoso sexual son iguales, también la gravedad de las consecuencias varía en cada caso. La víctima generalmente se siente intimidada y desprotegida, por ello se recomienda prestar atención al cambio en el comportamiento habitual.
Usualmente las expresiones verbales y gestuales son las que permiten identificar lo que está sucediendo. Algunas personas podrían negar los hechos debido a que han sido amenazadas con sufrir consecuencias mucho más graves.
Los chantajes son parte de las graves situaciones que deben de tolerar, la repetición de contactos físicos no deseados son el límite entre los permitido. Acceder a los tocamientos, besos, caricias y otros tipos de favores sexuales; son las acciones que deberán cumplir si no quieren sufrir consecuencias más graves. El acosador puede controlar la vida de la víctima al afirmar que es capaz de hacer que sea humillada públicamente, perder su trabajo, alejar a familiares y amigos e incluso matar.
Las consecuencias son múltiples y por ello a nivel social se sigue buscando soluciones oportunas, ya que afectan al menos una tercera parte de la población a nivel mundial. Hacer visible el acoso ante la sociedad es un primer paso importante, así se logra avanzar en muchos aspectos, ya que se garantiza evitar la discriminación de las víctimas.
Entendiendo la vulnerabilidad de quienes son acosados, ellos deberán ser comprendidos, escuchados y también tomados en consideración. Resulta ser un paso difícil de dar la posibilidad de denunciar al atacante, por ello necesitan el apoyo de familiares y amigos.
Es importante tomar todas las medidas necesarias que permitan alejar al acosador de la víctima. En algunos casos podría ser difícil demostrar la veracidad del testimonio, con lo cual la participación de los testigos resulta ser primordial. Las posibles consecuencias de realizar estas denuncias pueden ser el despido o el aislamiento de quien ha sufrido del acoso.
Para aportar ayuda psicológica se requiere la participación de personas cercanas que hagan sentir a la víctima segura. Además, se debe proporcionar garantías al momento de confiar en el criterio de las autoridades encargadas de tratar estos casos. En algunas ocasiones los constantes cuestionamientos podrían afectar las emociones de quien está relatando lo ocurrido, los psicólogos suelen ser las personas más idóneas para la realización estas preguntas.
Contar con ayuda profesional no sólo se trata del personal médico y psicológico, también a nivel legal los abogados deberán recabar todas las evidencias posibles. En todo momento se debe brindar mayor importancia a trabajar sobre el trauma generado en la víctima, mediante psicoterapia y atención en las secuelas físicas.
Finalmente se debe de cambiar la sensación de culpa o vergüenza que está sufriendo el acosado. Bajo ninguna circunstancia estas personas son responsables de los hechos, el acosador es quien inicia y decide dar continuidad. Por ello resulta muy importante que las personas que rodean a la víctima crean y no cuestionen los datos proporcionados sobre el relato de los hechos. Este paso es importante para evitar que la víctima recaiga o no pueda recuperarse.