En la actualidad han aumentado los casos de conflictos vecinales y entre los dueños de viviendas con sus respectivos arrendatarios. Se trata de un fenómeno que se ha hecho común en las grandes ciudades o en zonas donde reside una mayor parte de la población. Es calificado con el nombre de acoso inmobiliario puede darse de distintas maneras, sus implicaciones psicológicas son importantes.
Las víctimas sufren de un acoso reiterado y diario que tiene por objetivo dañar su integridad y el de la vivienda que ocupa. Esto afecta incluso la estabilidad familiar y económica, también posee implicaciones sociales que continuarán estando presentes a largo plazo. Se trata de una situación en la cual las personas involucradas comienzan a sufrir las consecuencias físicas, mentales y emocionales.
¿Qué es el acoso inmobiliario?
Se define como acoso inmobiliario a un conjunto de prácticas antisociales que tratan de ofender y abusar de otras personas, esto se hace mediante el ataque o destrucción de propiedad privada. Es decir, se trata de una situación en la cual se esté involucrado la vulneración de la se utilidad personal en espacios donde habitan las víctimas.
Este tipo de situaciones suele ocurrir en residencias o localidades donde existen conflictos entre vecinos. También puede referirse a la acción de invadir por parte de personas que no poseen los permisos necesarios para habitar espacios a los cuales no tienen derecho. Esta es una terminología que directamente se emplea para definir a aquellas situaciones en las cuales se vulnera la seguridad física, legal y emocional de viviendas o edificios residenciales.
Estos actos vandálicos pueden darse de distintas maneras, principalmente se menciona delitos tales como destrucción de la estructura física, corte de servicios básicos como agua y luz, no cumplir con las normas de convivencia y también no respetar los límites establecidos para la propiedad privada. Pueden involucrarse varias personas en donde algunos figuran como los acosadores y otros son las víctimas.
En algunos casos es un término que puede asociarse con aquellos casos de delitos y fraudes inmobiliarios. Se trata de infracciones donde se sustrae dinero con la promesa de otorgar los permisos que demuestran la adquisición de bienes como casas y apartamentos. Comúnmente desde el punto de vista de las leyes se está efectuando un fraude que no sólo deja secuelas económicas, también las personas afectadas son vulneradas psicológicamente.
¿Cuáles son sus características?
Una de las principales características del acoso y mobiliario radica en la generación de una relación conflictiva, usualmente Intervienen dos protagonistas de los cuales uno de ellos ocupa el rol de la víctima. Esta persona comienza a sufrir abusos de distinto tipo, pero principalmente éstos tienen por objetivo dañar su propiedad e incluso pueden afectar su integridad física. El acosador planifica sus acciones para perturbar la tranquilidad de la persona acosada, esto puede ser por omisión o actuación directa e indirecta.
La creación de un entorno hostil se realiza mediante abusos que afecta no sólo el aspecto material, también se ven involucrados los aspectos sociales y personales de la víctima. Por consecuencia el acosado deberá adoptar medidas drásticas e inesperadas, para tratar de establecer límites que amparen la seguridad de su vivienda y de sí mismo.
A continuación se mencionan cuáles son las causas más comunes por las cuales suelen generarse los casos de acoso inmobiliario. Pueden presentarse en conjunto aunque también de forma aislada, ademán también pueden prolongarse por periodos de tiempo diversos. Son los siguientes:
- Conflictos generados a partir de la cobranza de la renta o alquiler de un Inmueble.
- Negativa para acceder a suministros básicos o servicios Indispensables Para la higiene. Este puede ser el caso del agua, electricidad o incluso utilizar el ascensor.
- Actos de hostigamiento donde las víctimas pueden ser vigiladas constantemente. Pueden ser objeto de ataques físicos cuando traten de entrar o salir de sus viviendas.
- Aquellos espacios que les pertenecen por ley pueden ser objetos de actos de vandalismo. Desde destrucción o también ocupación o apropiación indebida.
- Actos de violencia que vulneran la seguridad física y de terceros que estén relacionados directamente con las víctimas.
A continuación se describen otras características comunes que se presentan en este tipo de casos. Es importante aclarar que no necesariamente deben presentarse todos en conjunto, cada situación es distinta y por lo tanto se debe analizar la situación con detalle. Son los siguientes:
- Puede constituir algún tipo de discriminación en particular. Por ejemplo, de una manera injustificada los propietarios de una propiedad podrían aumentar drásticamente el valor de la renta. Esto puede ser por causas tales como el racismo o sexismo.
- Un propietario podría aplicar estrategias que vulneren la seguridad psicológica del afectado. Esto se hace mediante cortes de liberados de los servicios de luz o agua, esto obligaría a la víctima pagar gastos extra para su reparación o instalación.
- Los daños deliberados realizados por los inquilinos para dañar la propiedad privada de los dueños reales. Es decir, en las viviendas de alquiler los ocupantes pueden realizar estas acción por negarse a pagar o por otros tipos de conflictos.
- Pueden existir rencillas entre vecinos lo cual genera amenazas directas o indirectas por parte de los propietarios. La convivencia comienza a ser más difícil obligando a alguno de los involucrados dejar sus viviendas deshabitadas, esto suele ocurrir en los bloques de edificios.
- El acosador muestra una conducta que tiene una naturaleza ofensiva y perturbadora. Este mismo comportamiento eventualmente podría aumentar su intensidad, por lo tanto la víctima se encontraría en una situación de eminente peligro.
- Desde el punto de vista psicológico es indispensable denunciar el acoso inmobiliario a ante las entidades cívicas y gubernamentales. Deja secuelas de por vida como ansiedad, depresión, trastorno desadaptativo o un trastorno por estrés postraumático (TEPT).
- Suele ocurrir en un sector de la población que está afectado por los escasos recursos económicos y educativos. Es decir, el bajo nivel cultural hace propenso la creación de conflictos generalmente ocurren por causas aparentemente del poca relevancia.
- En los casos de desalojos las personas que sufrieron de estas acciones podrían comenzar a acosar a quienes son responsables de dicha situación. Implica presiones psicológicas debido a que son decisiones que en algunos casos no toman en cuenta la situación personal de los afectados. Se recomienda tratar llegar a acuerdos.
- También se incluyen aquellos casos en donde las viviendas no se ajustan a la normativa vigente, por lo tanto no son espacios adecuados para ser habitados. Los dueños obligan a los arrendatarios a reparar averías, asumir gastos para su mantenimiento y a solucionar la ausencia de los servicios domiciliarios. Esto se hace bajo la amenaza de desalojo.
- En el ámbito inmobiliario puede ocurrir el aumento elevado de los pagos para el alquiler, las viviendas han convertido en un negocio muy lucrativo para las empresas que se encargan de este sector.
¿Cómo se identifica? Ejemplos
Este fenómeno suele identificarse cuando las personas involucradas comienzan a manifestar síntomas psicológicos. Es decir, se puede detectar la presencia de evitación del suceso traumático lo cual es común en las víctimas. Otros síntomas son irritabilidad y cansancio, es tazón patologías que se enlazan directamente con este tipo de acoso. De igual forma pueden padecer se trastornos del sueño y estrés lo cual depende de un diagnóstico psicológico adecuado.
Este tipo de maltrato depende de una valoración psicológica y también de un informe pericial, para ello se aplican entrevistas clínicas así como también se debe analizar dicha situación mediante documentación y evidencias. El diagnóstico psiquiátrico demostrará cuando exista daño psicológico y moral en la víctima. Estos mismos recursos podrán ser utilizados junto con los argumentos cuando se realice la denuncia formal ante las autoridades, por ejemplo se puede solicitar una indemnización económica.
Cada caso de acoso inmobiliario presenta sus propias características particulares, las personas involucradas pueden tener intenciones distintas. Sin embargo, en la mayoría de los casos se ha podido observar que un elemento en común se relaciona con el factor económico. Esto es especialmente relevante cuando se observa que los acosadores son agentes inmobiliarios, aunque también podría tratarse de vecinos o personas cercanas que desean tener una ganancia económica.
Otra característica en común es en relación con los conflictos generados por prejuicios raciales. En las arias presidenciales aquellos habitantes que ya se encontraban en estos espacios podrían no estar de acuerdo con la llegada de nuevos vecinos. También los nuevos propietarios podrían no ajustarse a las expectativas esperadas por dicha comunidad.
También se ha observado que estas situaciones pueden generarse a partir del incumplimiento de los contratos para el pago o adquisición de un inmueble. Es decir, algunos residentes podrían interferir para lograr una convivencia tranquila y en paz. Al recibir comentarios al respecto para que traten de cambiar su comportamiento, estas mismas personas podrían comenzar a aumentar la intensidad y continuidad de esas acciones. Por consecuencia los vecinos se verán afectados sin saber cómo lograr establecer límites definitivos.
Pasos y recursos para afrontarlo
Dependiendo del tipo de situación que se esté generando se deberán aplicar ciertos métodos que permitirán a las víctimas establecer límites. Como ya se explicó anteriormente, el acose mobiliario puede darse de distintas maneras y por lo tanto se deberá analizar la situación para encontrar las soluciones más oportunas.
Usualmente la primera recomendación consiste en abandonar o dejar de visitar el espacio físico en donde están ocurriendo estos hechos. De una forma momentánea se está limitando el campo de acción para el acosador o acusadores. El siguiente paso es realizar una denuncia formal ante las personas o entes encargados para tratar con este tipo de situaciones.
Se pueden planificar diversas estrategias que podrían garantizar la seguridad personal tanto física como psicóloga. También resulta imprescindible definir cuáles acciones que han sucedido durante este proceso pueden definirse dentro del espectro de lo legal y lo ilegal. De igual forma se deberá contar con la ayuda de personas especializadas tales como abogados con experiencia en conflictos residenciales. El código penal de cada nación cuenta con información que especifica cuáles acciones legales pueden ser empleados.
En aquellas situaciones en las cuales haya ocurrido allanamiento de morada, así como también amenazas o coacciones; se deberá hacer un llamado inmediato a la policía. Algunos delitos pueden ser considerados menores, sin embargo también se dan situaciones donde por un largo periodo de tiempo se ha utilizado el recurso de la difusión de calumnias e injurias. Estas acciones pueden ser penalizadas como abusos y lesiones a la integridad moral de las personas debido a sus consecuencias psicológicas.