Uno de los tipos de acoso más comunes en la época actual es el que se relaciona con el uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Es decir, se trata de una situación en la cual se vigila y persigue constantemente a las personas utilizando estos recursos tecnológicos.
Debido a que en la actualidad la mayoría de las actividades cotidianas dependen de su uso, los acosadores encuentran aquí el medio idóneo para conseguir información personal. El acoso virtual también se conoce con el término de acoso cibernético o ciberacoso. Se trata de un problema social que está aumentando debido a que la utilización de expositivos con conexión a internet lo facilita.
Comenzó siendo una situación en la cual se involucraban jóvenes en edades comprendidas entre los 12 hasta los 25 años, pero actualmente este margen ha aumentado. A partir del final de la década de los años 90, comenzaría a considerarse que el internet revolucionaría la forma en la cual nos comunicamos.
Con ello también comenzó la popularidad de las distintas plataformas que facilitaban la conexión remota, posteriormente serían conocidas como redes sociales o aplicaciones. Los padres y representantes de los niños que comenzaron a utilizar estas redes entendían que esta era la nueva forma de sociabilizar, con el tiempo también se emplearon con fines más formales como los académicos o laborales.
Es difícil concebir un ritmo de vida normal sin la participación de estas tecnologías, aplicados a cualquier ámbito de la cotidianidad de una persona. Por lo tanto, se intenta encontrar soluciones que permitan continuar utilizándolas; sin que esto signifique vulnerar la seguridad personal. Sin embargo, cuando situaciones negativas como el acoso ocurren, se hace necesario implementar medidas que ayuden a tratar psicológicamente a los afectados.
¿Qué es el acoso cibernético o ciberacoso?
El acoso cibernético se define como un tipo de comportamiento constituido a partir de acciones tales como la persecución, vigilancia, ofensa y humillación. También se conoce con el término proveniente del idioma inglés denominado como cyberbullying, engloba todas las acciones nocivas que pueden llevarse a cabo utilizando herramientas o metodología tecnológica.
Esto quiere decir que una persona decide comenzar a hostigar a un objetivo en específico, para ello se vale de la utilización de mensajes, fotografías, videos o audios principalmente. Se va a tratar de humillar y de exponer públicamente a la persona que tratan de dañar, puede ser con cualquier finalidad que satisfaga al acosador.
También se puede recurrir a inventar o difundir rumores cuyo contenido es falso, de esta manera se logra dañar la reputación de la víctima públicamente. También podrían tratar de lograr que otras personas excluyan de las actividades sociales a las personas que acosan.
De igual forma, el acoso virtual consiste en invadir y causar conflictos en las redes sociales que utilizan las víctimas. Podrían tratar de hackear o robar datos personales al acceder a las aplicaciones y correo electrónico. En donde participen las personas acosadas y también sus familiares o amigos, en todos estos sitios virtuales el atacante buscara información que pueda usar en su contra.
¿Cuáles son sus características?
Las situaciones de acoso presentan una serie de características en común, la agresión parte de la empleabilidad de diversas tecnologías de comunicación. Pero también destacan otros aspectos relacionados a las Intenciones, repetitividad y la imposición de poder por parte del atacante. A continuación se describen cuáles son las características generales:
- El agresor realiza estos actos con intención de dañar a la víctima.
- El agresor necesita reproducir estas acciones por un período de tiempo prolongado, de esta manera se cerciora de que sus efectos negativos tengan los resultados deseados.
- La imposición de poder es una parte fundamental para lograr la indefensión de la víctima ante estas agresiones.
- El agresor se mantiene en el anonimato tecnológico, cualquier agresión realizada será difícil de rastrear. Además esta posición de poder le permite difundir una mayor cantidad de contenido en internet, con lo cual la víctima no podrá fácilmente limitar sus acciones.
- La ausencia de contacto físico entre la víctima y su acosador es común. Esto crea en el atacante la imposibilidad de conocer la reacción generada, por lo cual promueve el empleo de conductas tanto impulsivas como también disruptivas.
- Es usual que el acosador elija a su víctima después de haber interactuado directamente. Es decir, en la mayoría de estos casos el atacante selecciona a su objetivo una vez que tuvo la oportunidad de conocerlo en una situación social en específica. Sin embargo, también una menor parte de estos casos son protagonizados por desconocidos.
- El anonimato que permite mantener las redes sociales favorece al agresor. De esta manera, se siente más libre para tratar de interactuar con su objetivo, e incluso podría lograr realizar cambios importantes en la vida personal de la víctima mediante diversas tácticas como los rumores.
- Los ataques son impulsivos y constantes, las 24 horas del día y todos los días del año; se realizarán ataques en distintos espacios en la red. La finalidad es la de causar la suficiente presión con tal de crear estrés y ansiedad. También demuestra que siempre son vigilados.
- El acosador no tiene empatía, ni consideración por el daño que está causando. Estar completamente distanciado y ausente de las normas sociales que garantizan una convivencia sana. Para esta persona resulta más importante lograr amenazar y humillar.
¿Cómo se identifica en casos distintos?
El acoso cibernético se presenta de distintas maneras, es decir que no hay solamente una tipología. Se cuentan al menos 8 variedades distintas, estos subtipos poseen sus propias características las cuales se describe a continuación:
- El ciberacoso es un tipo de agresión reiterada que se vale del uso de dispositivos tecnológicos. De esta manera se accede a contenido y plataformas donde usualmente las personas interactúan socialmente. La finalidad es la de enfocarse en aquellas que son utilizadas por la víctima, así se logra socavar la autoestima y dignidad; provocando estrés emocional y rechazo social.
- El Ciberbullying presenta similitudes con el ciberacoso, sin embargo se añaden otras características. Se mantiene por un mayor período de tiempo y además no es necesario que se identifiquen elementos de índole sexual. Los involucrados suelen conocerse y además tener edades similares. Posee un mayor rango de acción, con lo cual también se utiliza la telefonía móvil y otras plataformas de difusión de contenidos; además de las redes sociales.
- El Grooming se basa en el establecimiento deliberado de una relación de control emocional, también puede incluir contenido explícito o implícito de índole sexual. Usualmente las personas involucradas son adultas, en pocos casos se ha logrado identificar a víctimas menores de edad.
- El Sexting consiste en el envío de contenido pornográfico o erótico a través de las redes telefónicas. Suelen participar individuos en edades comprendidas entre los 14 hasta los 27 años, los adolescentes son quienes más lo emplean. Se trata de un tipo de acoso donde las mujeres suelen ser quienes ocupan la posición de las víctimas, las conductas sexuales van aumentando su intensidad a medida que se van prolongando estas comunicaciones.
- El Phishing es un intento de fraude, por lo cual se busca la adquisición de información confidencial mediante métodos fraudulentos. Los atacantes buscarán como adquirir contraseñas, datos de cuentas bancarias y de tarjetas; así como otros datos personales que puedan utilizarse con la finalidad de sustraer dinero.
- Gossip o cotilleo se trata de la difusión de rumores, pueden ser verídicos o falsos. Los acosadores aprovechan su anonimato para publicar estos contenidos en cualquier plataforma, la finalidad es la de dañar la reputación de la víctima.
- Happy slapping se basa en la grabación de contenido privado para después ser utilizado en las redes sociales. Suele centrarse en temas relacionados a peleas o conflictos que puedan atraer la atención pública, después estos videos, audios o fotografías se compartirán libremente en la red.
¿Cómo se detiene?
No es posible afirmar que haya una sola solución o una serie de pasos que garanticen detener el acoso. Ello se debe a que cada caso es distinto, las circunstancias y las personas involucradas participan de forma distinta. Además, el acosador puede tener diversas intenciones, así como la victima puede verse afectada de distintas maneras. Es decir, resulta ser una situación compleja, y para ello se requiere analizar los hechos para aplicar una solución que pueda beneficiar no solo a la víctima.
Teniendo en consideración la complejidad de este tipo de acoso, se puede identificar que hay varios aspectos en común en la mayoría de los casos registrados. A continuación se describen cuáles son los pasos que comúnmente se aplican, ellos permiten controlar y también guiar a quienes tratan de mediar y detener al acosador. Son los siguientes:
- Siempre es recomendable limitar la información con acceso libre publicado en cualquier portal. De igual forma se deben establecer restricciones que impidan a personas desconocidas acceder a datos y contenido de uso privado.
- Eliminar o limitar el acceso del acosador a las redes sociales, o recursos tecnológicos utilizados por la víctima. No sólo basta con eliminar el dispositivo empleado o con cortar el servicio de internet, se trata de analizar en la investigación y datos recabados por el acosador durante varios meses o años. Al limitar su acceso a este contenido se está resguardando la seguridad personal de la persona afectada.
- Las víctimas deben contar con evidencias y testigos que puedan dar fe de estos hechos. Ellas también deberán guardar archivos como imágenes, videos o audios; donde se demuestre que han estado sufriendo de acoso. Sí hay evidencia en línea las capturas de pantalla y guardar los enlaces, son algunos de los recursos más necesarios.
- Resulta importante contar con el apoyo tanto de familiares y amigos, como también de autoridades capaces de tratar con este problema. Se ha demostrado que cuando las víctimas cuentan con el apoyo de una mayor cantidad de personas, serán más capaces de manejar mejor la situación.
- Denunciar es muy importante, sobre todo cuando el acosador ha invadido por completo la vida personal de la víctima. Entonces, comienza a ser difícil llevar una vida normal empleando estas plataformas o redes sociales, como es habitual en la actualidad. Cobra especial relevancia cuando involucra amenazas y daños a la integridad física, en estos casos se deberá llevar la denuncia a entes policiales y otras jurisdicciones competentes.