noviembre 6, 2024
aceptación

Aceptación (psicología)

El proceso de comprensión acerca de quiénes somos como individuos suele ser complejo y requiere paciencia y constancia. Se deben superar una serie de distintas etapas, cada una de ellas con distintos niveles de dificultad, a lo largo de la vida de una persona se viven multiplicidad de situaciones que se asocian con la propia identidad y la sociedad. 

En la autopercepción intervienen múltiples factores externos como la familia y la sociedad. En consecuencia, las personas generalmente encuentran conflictivo conciliar aspectos personales con la opinión de otros y como estos son percibidos socialmente. Como resultado las personas en ocasiones sientan que no podrán ser aceptados y ellos tampoco pueden hacerlo. 

En psicología se considera que el proceso de aceptación es uno del complicado extensos, cada persona logra enfrentarlo y superarlo generalmente hasta ya haber entrado en la etapa de la adultez. Sin embargo, considerando que cada persona es distinta de acuerdo a sus capacidades mentales y físicas, si es posible aceptarse a uno mismo si se siguen los consejos y pasos adecuados

A continuación se describe que es la aceptación desde el punto de vista de la psicología. Se mencionan cuáles son sus características así como su utilidad e importancia, tanto a nivel personal como para la sociedad. Finalmente, se brinda breve información acerca de cuáles son los principales consejos y pasos a poner en práctica para poder aceptarse a uno mismo. 

¿Qué es la aceptación?

La psicología como disciplina entiende que los pensamientos, comportamientos y emociones son maleables. Si bien la base que conforma la personalidad es más o menos estable en condiciones regulares en el sujeto adulto, existen cualidades de la personalidad que deberán ponerse a prueba en las etapas de conflicto.

Los conflictos aparecen en diversas etapas de la vida y, en muchos casos, son inevitables y de imposible solución. Estos periodos difíciles se convierten en una realidad con la que se deberá lidiar, por lo que la única opción que cabe es la aceptación

La aceptación entonces es un mecanismo de la mente sana del adulto para conservar el bienestar emocional. La persona debe aceptar lo que humanamente no se puede cambiar con el fin de avanzar en los proyectos de vida. Cuando las personas están conscientes tanto de sus virtudes como también de sus defectos, es más fácil enfrentarse a cualquier situación ya que sabemos cuáles son nuestras capacidades. 

Pero además la aceptación implica tener noción de cuáles son nuestras motivaciones, metas y expectativas. Se relaciona directamente ya que la identidad de una persona también está integrada por estos elementos, así es como se definen las razones por la cuales se sigue adelante. 

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¿Cuáles son sus características? 

Comúnmente el acto reflexivo sirve como punto de partida para solucionar cualquier conflicto que altera su existencia. Con base a ello, se realiza un plan de acciones para la resolución de los problemas que están bajo su control. El resto, lo que no se puede cambiar, deberá sobrepasarlo y aceptar la realidad para no estresarse inútilmente. Insistir en cosas que están fuera de su dominio solo le hará perder el tiempo y le generará preocupaciones innecesarias. 

Generalmente la aceptación consta de una serie de pasos, cada uno de ellos puede ser percibido como un acto reflexivo que se enfoca en un aspecto personal en particular. Pero además, durante este proceso se observa que la mayoría de las personas tratan de realizar comparaciones. También tratan de modificar aquellos aspectos que les incomoda, sin embargo al ser parte de uno mismo no pueden ser cambiados o eliminados; por que forman parte de nuestro propio ser. 

La aceptación resulta ser el conjunto de una serie de etapas, cada una de ellas tiene un importante impacto en cada periodo de vida. Las etapas de la niñez, adolescencia, juventud y adultez temprana y tardía; en cada una se superan distintas facetas de nuestra propia identidad. 

¿Cuál es su utilidad e importancia? 

El mecanismo de la aceptación le permite seguir adelante y administrar mejor su vida. De hecho, la aceptación propia es un indicativo de madurez psicológica, junto a la confianza, la tolerancia, la empatía y la seguridad emocional. La aceptación como cualidad y recurso propio de la persona adulta es, como se dijo, un mecanismo psicológico para seguir adelante; pero, ello no implica que se deba conformar con esa realidad dañina que no puede alterar a su favor.

La aceptación implica tolerar los conflictos o problemas, es la conciencia de que en la vida no todo es color de rosas, aunque sin dejar de actuar en la consecución de metas. En cierta forma, la aceptación  implica resiliencia o adaptación porque se trata de convivir con el conflicto sin que le produzca ansiedad.

Esta suerte de aceptación activa le permite dirigir sus energías hacia otros intereses para lograr nuevos objetivos. La vida enseña que existen varios caminos para llegar a una misma meta, incluso mejorarla. La decisión de cambiar la estrategia con el propósito de alcanzar una vida más plena conlleva aceptar lo irresoluble. El conformismo, al contrario, comporta la paralización de todo esfuerzo de superación y aceptación.

La madurez en el adulto (porque no todo adulto es maduro mentalmente) comprende una serie de características, ya mencionadas. La aceptación de la realidad conduce a una relación racional consigo mismo. Es fundamental poder separar lo esencialmente vital de lo que es importante pero que en el aquí y ahora no se puede lograr.

La aceptación personal como sistema de autoreconocimiento y la aceptación como mecanismo de adaptación son dos pilares de la madurez en el adulto.

Entonces, la aceptación personal es un constructo indispensable para la vida en equilibrio. Como ha quedado evidenciado, la aceptación no se da de manera abrupta, implica un proceso que está dividido por etapas biológicas, cognitivas y emocionales. Según la psicología analítica, lo que está en juego es la aceptación de la sombra o, lo que es lo mismo, de los rasgos negativos de la propia personalidad. 

Una persona adulta acepta la realidad de su entorno y de sí mismo, ya sean las conductas de aquellos que le rodean en el trabajo, un pasado poco edificante, el ineludible paso del tiempo, las derivas intelectuales y profesionales personales o el fenotipo particular (color de piel, proporciones corporales, fisonomía del rostro, etc.) Existen un sinfín de realidades que pudieran considerarse poco atractivas o detestables con las que se debe crecer y avanzar.

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¿Cómo aceptarse a uno mismo?

La aceptación personal es una necesidad que surge de la reflexión interpersonal y de los análisis introspectivos. Para la doctrina psicológica, ésta promueve la empatía y la seguridad en los vínculos interpersonales y consigo mismo. 

El autoconocimiento, la autocrítica y la autoestima son las bases de la aceptación personal. Solo mediante estos pilares el individuo encuentra el rumbo apropiado para su crecimiento, sin soslayar los problemas existenciales y de cualquier tipo. La frustración surge cuando la realidad no es asimilada adecuadamente.

Son dos los sistemas más usados en el proceso de aceptación:

  1. La psicoterapia provee algunas herramientas para aligerar (aceptar) el conflicto u obstáculo que afecta a los individuos. 
  2. Conservar el problema o condición en su manifestación originaria, aprendiendo a convivir con el problema a través del desarrollo individual. Así, logra que el punto de vista cambie o se relativice respecto al mismo y debilita su poder de bloqueo.

La autoestima es una condición indispensable de la aceptación. Además, cabe decir que la palabra autoaceptación, junto a otras como autoconsideración, autovalía o autoevaluación, pertenecen a la sinonimia de autoestima, en el argot de la psicología. En consecuencia, la autoestima es directamente proporcional a la autoaceptación; a un mayor fortalecimiento de la autoestima también se fortalece la autoaceptación. 

La autoaceptación es también un requisito prelativo de la autoestima, pues si no hay autoaceptación el sujeto podría ser vulnerable y caer, por ejemplo, en la búsqueda apremiante del amor, incursionando en relaciones interpersonales de dependencia emocional. Las relaciones amorosas disfuncionales obedecen en muchos casos a una precaria autoestima de alguno de sus integrantes. 

La autopercepción (también se usa el término autoconcepto) es también el fundamento de la aceptación. Siendo una suerte de ejercicio auto-reflexivo sobre el valor que de sí mismo tiene un individuo, la autopercepción depende de los componentes que se exponen a continuación: 

  1. Las referencias surgidas de las diferentes experiencias del individuo y de la retroalimentación recibida del entorno humano. 
  2. Las aspiraciones y finalidades construidas por el mismo individuo. 
  3. El nivel de autoanálisis de sus capacidades.

Todo lo anterior define el proceso que lleva a la aceptación personal. Dicho procedimiento es a fin de cuentas un proceso dialógico consigo mismo, una comunicación directa sin subterfugios con el yo, que debería catalizar una actitud hacia la transformación individual. 

No se trata solamente de que el individuo logre describir la realidad o hacer una imagen de la misma en forma de estado de la cuestión, sino de asimilar esa realidad y utilizarla en sus diversas vivencias, con el fin de conquistar la aceptación personal.

Es erróneo creer que el individuo debe buscar la aceptación de todo su entorno. No obstante, siendo la aceptación una alternativa personal, se ve retroalimentada por la aceptación de la sociedad a la cual se pertenece.

Por ejemplo, una persona podrá detenerse ante un defecto físico congénito y quejarse todos los días de por qué él y no otro; pero, también puede cambiar su perspectiva respecto al mismo y verlo como un impulso adicional para brillar en las ciencias, el deporte o el arte. 

Esa perspectiva distinta implica la configuración de un sistema de valores que protege de los temores, rechazos e intereses fracasados. Es también una interpretación más centrada y madura producto de la adición de una nueva vinculación sujeto-medio con la superación de la negatividad. Es la síntesis de una perspectiva más comprehensiva de las limitantes y las posibilidades de transformación. En realidad, todos los seres humanos poseen limitaciones.

En resumen, la aceptación personal es un proceso que comprende la interacción con el entorno y las transformaciones subjetivas que se dan mediante el desarrollo humano, obteniendo una perspectiva más completa de las barreras y posibilidades particulares.

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